Economía

Inflación en la Eurozona: sube al 10% y anticipa un fuerte aumento de los tipos de interés

Evolución de la inflación en la Eurozona

Evolución de la inflación en la Eurozona

La inflación interanual en la Eurozona ha llegado, por primera vez en su historia, a los dos dígitos, al situarse en el 10% en septiembre, un incremento de nueve décimas con respecto a agosto que da argumentos al Banco Central Europeo (BCE) para adoptar nuevas subidas de los tipos de interés.

Este incremento se produce justo cuando la inflación acumula dos meses de caídas en España, tras ceder en 1,2 puntos, hasta el 9,3%.

Si bien el aumento de los precios de la energía sigue siendo el principal factor de esta inflación que no se veía en décadas, los incrementos se han extendido ya al resto de la cesta de la compra y en septiembre ganaron velocidad, según los datos preliminares publicados este viernes por Eurostat.

La energía se encareció un 40,8% con respecto a septiembre del año pasado, poniendo fin a la ligera moderación que registró en julio y agosto (38,6%), pero aún por debajo del récord del 44% que marcó en marzo; mientras que el precio de alimentos, alcohol y tabaco creció un 11,8 %, frente al 10,6% de agosto.

En menor medida contribuyó la inflación de los bienes industriales no energéticos y de los servicios, que creció medio punto en ambos casos, hasta el 5,6% y 4,3%, respectivamente.

Por su parte, la inflación subyacente -que elimina el efecto de los componentes más volátiles como energía y alimentos frescos- subió cinco décimas, hasta el 4,8 %.

La fotografía, sin embargo, diverge cada vez más de un país a otro -con cotas superiores al 20% en los bálticos y niveles en torno al 9% o incluso por debajo en muchos Estados del sur- y entre las grandes economías.

En Alemania, la inflación anual aumentó hasta el 10,9% y en Países Bajos se disparó al 17,1% impulsada por un incremento del 114% en el precio de la energía, en ambos casos los niveles más altos en siete décadas, según el cálculo armonizado de la oficina comunitaria. En Italia creció en menor medida -medio punto- hasta el 9,5% y en Francia bajó cuatro décimas, hasta el 6,2 % en septiembre.

En todo caso, el aumento de la inflación hasta un 10%, sin precedentes en la Eurozona, refuerza los argumentos para que el BCE prosiga con las subidas de tipos de interés para enfriar la demanda y contener así el aumento de precios.

"Este salto ha tenido una base más amplia de lo esperado y dará combustible extra para los halcones del BCE", apunta el economista de ING Bert Colijn, quien anticipa que esta tasa de inflación lleve a Fráncfort a "subir drásticamente" los tipos en sus próximas reuniones, empezando con un aumento de 75 puntos básicos en octubre.

Tras aguardar más que otros bancos centrales para iniciar la normalización de su política monetaria, el BCE aplicó en verano la mayor subida de tipos de su historia -50 puntos básicos en julio y otros 75 puntos en septiembre- que ha dejado la tasa en el 1,25%, tras una década en el entorno del cero a raíz de la crisis financiera y la intención es continuar por esta senda para llevar la inflación a su objetivo del 2%.

"Esperamos subir más los tipos de interés en las próximas reuniones para enfriar la demanda y proteger frente al riesgo de un cambio persistente al alza en las expectativas de inflación", dijo su presidenta, Christine Lagarde, esta semana en el Parlamento Europeo, insistiendo en que los aumentos se decidirán en función de los datos que vayan llegando.

La institución prevé que la inflación cierre este año en el 8,1% y se modere en 2023 hasta el 5,4% y en 2024 al 2,3%, pero advierte de que podría ser mayor sobre todo si hay más problemas de suministro energético al bloque comunitario, y proyecta una ralentización del crecimiento que podría convertirse en recesión en un escenario de corte total.

Los ministros de Economía y Finanzas de la eurozona debatirán sobre esta coyuntura en su reunión del lunes en Luxemburgo, a la que llegan con una advertencia de Lagarde para que eviten adoptar ayudas fiscales generalizadas que empeoren la inflación al estimular la demanda y contrarrestar su política monetaria.

Sobre la mesa estarán también las turbulencias en el mercado de divisas, dónde el euro se ha depreciado hasta estar por debajo de la paridad con el dólar, lo que también presiona al alza la inflación, según reconoció Lagarde; y el desplome de la libra esterlina en Reino Unido, que ha llevado a su homólogo británico a retomar temporalmente sus compras de bonos para frenar la caída.

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