El cambio hacia una economía circular, en la cual el valor de los productos, los materiales y los recursos se mantenga durante el mayor tiempo posible, y en la que se reduzca al mínimo la generación de residuos, es más que necesario y se está haciendo visible con la aprobación en el Consejo de Ministros del 2 de junio de 2020, de la Estrategia Española de Economía Circular “España 2030” (EEEC). Esta medida se desarrolla en planes de acción trienales, siendo el primero de ellos el Plan de Acción de Economía Circular (PAEC 2021-2023), entre cuyas líneas de actuación está la revisión del marco normativo, con una nueva Ley de residuos y suelos contaminados que se encuentra en la última fase de aprobación en el Congreso. Además, se continúan dando pasos hacia adelante con la aprobación de diversas normativas que proponen cambios en medidas concretas para flujos de residuos clave, como los envases, pilas y baterías, RAEES, aceites usados, etc.
Imagen de la central de DSM en Nerva, Huelva
Rediseñar la instalación para una conformación final más segura, estable, con mayores garantías ambientales y que permita mantener la actividad industrial con procesos independientes a los vasos de vertido, ha sido tradicionalmente uno de los propósitos de DSM. Pero nada de esto es posible si los cambios propuestos no pueden ser implementados por la falta de proyectos que den respuestas reales a esas necesidades. Ni sin instalaciones que den el soporte necesario a la industria, que aseguren que los rechazos de los procesos productivos sean tratados hasta llegar a su máxima productividad, confiriéndole un nuevo valor a esos materiales rechazados mediante operaciones de tratamiento y recuperación.
De este modo, se pueden ofrecer garantías ambientales a la gestión de aquellos residuos que no pueden ser recuperados para que estos puedan ser eliminados en condiciones seguras, hasta por qué no, poder recuperarlos algún día. El centro DSM en Nerva lleva más de 20 años dedicado a dar servicio a las empresas andaluzas, dando cobertura a la gestión de sus residuos y contribuyendo a la correcta gestión ambiental por parte de los agentes implicados. Actualmente, se gestionan en el centro una media anual de 250.000 toneladas de residuos procedentes de empresas dedicadas a la metalurgia, sector químico y petrolero, que requieren del soporte esencial que ésta da para el mantenimiento de sus actividades, contribuyendo así a mantener el tejido industrial y económico.
DSM centro de Nerva, en este momento de transformación del modelo económico no podía quedarse atrás en los nuevos retos que se presentan y ha comenzado a diseñar sus instalaciones hacia el cambio. Cambios encaminados a la recuperación de materias primas a partir de residuos, alargando la vida de los materiales, economizando recursos y minimizando las actividades de vertido únicamente para aquellos residuos para los que no exista posibilidad de valorización reciclado o recuperación.
Imagen de la central de DSM en Nerva, Huelva
Cambios en la elaboración de nuevos materiales a partir de residuos que puedan ser empleados en la generación de energía o como sustitutos de materias primas vírgenes para utilizar en las propias instalaciones de DSM centro de Nerva o en la recuperación de terrenos degradados del entorno de la instalación. Cambios con un nuevo plan de explotación y un nuevo modelo de conformación final de la instalación, de manera que quede integrada en el entorno natural de forma homogénea, sin generación de impactos, con garantías de seguridad en cuanto a la estabilidad y la evacuación de las aguas de forma natural, y que incluso pueda permitir el empleo del suelo para otros usos, que pueden seguir generando riqueza y empleo en el entorno.
Todos estos cambios quedan perfectamente integrados dentro de los ejes de actuación del Plan de Acción de Economía Circular (PAEC 2021-2023) y requieren la incorporación en la planta de Nerva de la tecnología necesaria para la recuperación de los residuos, tanto sólidos como líquidos. Esto se pretende llevar a cabo a través de nuevas unidades de tratamiento de recuperación de metales y envases además de con nuevas unidades de tratamiento de aguas industriales.
Tras ello, se continuará con el estudio e implementación de nuevos procesos productivos; como la elaboración de Combustibles Sólidos de Sustitución y elaboración de tecnosuelos; así como de la presentación de un proyecto de clausura final del vertedero que acota la vida útil de las instalaciones de depósito en favor de operaciones de recuperación, reciclado o valorización, y que realiza sellados parciales que permiten la adecuación de la superficie resultante para un uso beneficioso con el medio ambiente como puede ser la generación de energía solar fotovoltaica.
Imagen de la central de DSM en Nerva, Huelva
La contribución que DSM viene aportando en todos estos años no es solo ambiental, sino también social. Ha colaborado especialmente estos últimos años en situaciones de emergencia, como fueron las inundaciones de diciembre de 2019 o la pandemia en la que aún nos encontramos inmersos. Por todo lo anterior, DSM centro de Nerva ha sido y podrá seguir siendo la solución a la gestión de los residuos de los productores, a la protección ambiental en su conjunto, a la contribución del desarrollo sostenible con el fomento de la economía y del empleo en la región, trabajando por la economía circular y la sostenibilidad, ya que es el mayor valor futuro que existe en España como sociedad.
