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Economía

El Banco de España confirma un fuerte frenazo de la economía durante el año próximo

Sede del Banco de España, en Madrid.

Sede del Banco de España, en Madrid. / Sandra Ruiz del Árbol · Efe

El Banco de España pronostica un fuerte frenazo de la economía española durante el año próximo y a pesar de que ha elevado su previsión de crecimiento para este año al 4,5%, cuatro décimas más respecto a sus anteriores estimaciones de junio. El supervisor ha recortado 1,4 puntos su estimación de crecimiento de 2023, hasta el 1,4%, muy por debajo del 2,1% estimado por el Ejecutivo. Para 2024, prevé un crecimiento del 2,9%, tres décimas más.

De acuerdo con el último Informe Trimestral de la Economía Española publicado este miércoles, la recuperación del nivel de producto previo a la pandemia se retrasaría probablemente hasta el primer trimestre de 2024, unos dos trimestres más tarde de lo proyectado por el organismo en junio.

El nivel de PIB de la economía española aún se encuentra 2,2 puntos porcentuales por debajo del alcanzado a finales de 2019, mientras que en el conjunto del área del euro, el nivel de actividad ya se situaría, en el segundo trimestre de este año, casi 2 puntos por encima.

La notable revisión a la baja en el crecimiento del próximo año responde a las mayores tasas de inflación, las condiciones de financiación menos favorables, las dificultades para que las empresas de las ramas más afectadas por el recrudecimiento de la crisis energética desarrollen su actividad, el aumento de la incertidumbre y el debilitamiento de la demanda global.

Ello sumado a que, pese a la mejora de las estimaciones de crecimiento este año, el Banco de España prevé una "significativa desaceleración" en la actividad económica durante la segunda mitad de 2022, que tendrá un "efecto arrastre" en 2023. Por tanto, el avance del 4,5% proyectado por el organismo este año refleja, fundamentalmente, los repuntes de la actividad que ya se han materializado hasta el segundo trimestre.

Según explica el Banco de España, tras el repunte de la actividad del segundo trimestre, diversos desarrollos han incidido negativamente sobre la actividad en los meses de verano y han "ensombrecido" las perspectivas económicas. De hecho, en el tercer trimestre las previsiones apuntan a un crecimiento de solo el 0,1% intertrimestral.

Sin crecer hasta la primavera

De cara a los trimestres más inmediatos, los elevados precios del gas y de la electricidad afectarán adversamente a la actividad económica, aunque el Banco de España no prevé racionamientos severos del gas ante la completa interrupción del suministro procedente de Rusia.

La actividad recobraría vigor creciente a partir de la primavera gracias al alivio gradual de las tensiones en los mercados de la energía, la resolución paulatina de las alteraciones en las cadenas de aprovisionamiento global y un mayor despliegue relativo de los fondos vinculados al programa Next Generation EU.

El organismo advierte, no obstante, de que se está desarrollando con un "cierto retraso" con respecto a las proyecciones de junio. Ahora el Banco de España estima que los fondos que llegarán este año serán de unos 12.000 millones, frente a los más de 20.000 millones que preveían anteriormente.

De su lado, los flujos turísticos procedentes del exterior, que ya han recuperado prácticamente los niveles previos a la crisis sanitaria, actuarán también como soporte de la actividad, aunque su dinamismo se verá moderado en el corto plazo por los efectos del repunte inflacionista sobre las rentas reales de los potenciales turistas.

Inflación disparada en 2022 y 2023

En cuanto a la inflación, el Banco de España ha disparado sus previsiones de 2022 desde una media prevista del 7,2% al 8,7% para este año. Además, las perspectivas empeoran de cara a 2023, cuando el IPC se situará en el 5,6%, tres puntos más respecto a la anterior previsión. En 2024, se estiman tasas del 1,9%, superior en una décima a la previsión anterior.

Al contrario que el IPC general, no se espera que la inflación subyacente descienda desde sus elevados niveles actuales hasta la próxima primavera. La razón es que, en los próximos meses, continuará completándose la traslación de los recientes incrementos de costes de las empresas a sus precios de venta.

Y es que el componente subyacente alcanzará el 3,9% este año, frente al 3,2% anterior, y se moderará hasta el 3,5% en 2023 –más elevado del 2,2% de la pasada estimación– y al 2,1% en 2024, superior en una décima respecto a la previsión pasada.

Un elemento que ha contenido la dinámica inflacionista en los últimos meses son las actuaciones puestas en marcha por las autoridades precisamente para limitar los efectos de ese aumento del precio del gas.

En concreto, se estima que, en agosto, estas medidas contribuyeron a reducir la tasa de inflación general en algo más de 2 puntos porcentuales. De esta cuantía, aproximadamente la mitad se corresponde con el efecto del mecanismo para limitar el precio del gas utilizado en la generación de electricidad. 

Mejoría en déficit y deuda

En cuanto a la evolución del empleo, la institución ha mantenido la previsión para este año, en el que espera una tasa media de paro del 12,8%, aunque subiría ligeramente al 12,9% en 2023 y terminaría 2024 en el 12,4%.

De su lado, el organismo mejora sus estimaciones de ingresos y gastos para este año, ya que el déficit público quedará en 2022 en el 4,3% del PIB, frente al 4,6% previamente estimado. Además hay mejores perspectivas también para 2023, con una tasa del 4% frente al 4,5% previo, pero empeora una décima la de 2024 al 4,3%.

De su lado, ha mejorado sus estimaciones para la deuda en 2022, tras situarla ahora en el 113,3% del PIB, frente al 114,9% previsto anteriormente. De cara a 2023, la deuda se situará en el 110,7% del PIB, mejor que la estimación previa del 113,2%, y en 2024 bajará del umbral de 110% y se colocará en el 109,9%, mejor que en las previsiones anteriores (112,5%).

El principal riesgo para la economía española se deriva de la evolución del mercado del gas y de su manifestación tanto a través de la evolución de los precios, como de las cantidades. Bajo el escenario desfavorable de precios, el nivel del PIB en 2024 sería un punto inferior al implícito en las actuales proyecciones, mientras que la inflación sería 1,1 puntos más elevada en 2023 y cinco décimas superior en 2024

Además, el organismo advierte de las incertidumbres asociadas al grado de traslación de los aumentos de precios y costes recientes al resto de los precios de la economía y a los salarios. 

Temor a efectos de segunda ronda

En este sentido, avisa de que la intensidad con la que está teniendo lugar la transmisión de los mayores costes de producción a los precios finales en los últimos meses "habría elevado la probabilidad de que se desencadenen efectos de segunda vuelta o de realimentación entre precios y salarios significativos", y, por tanto, un agravamiento adicional del proceso inflacionario.

Asimismo, en el contexto actual, de elevada incertidumbre, no puede descartarse un eventual repunte del ahorro por motivos precautorios que lastre el gasto de los hogares y el dinamismo del consumo agregado.

Finalmente, el Banco de España alerta de que las pérdidas acumuladas en el valor real de las rentas de empresas y familias, unidas a los mayores tipos de interés, incrementan la vulnerabilidad de aquellos agentes con una situación económica y financiera menos saneada, lo que podría incidir sobre sus niveles de gasto en mayor medida.

El director general del Banco de España, Ángel Gavilán, ha insistido en la importancia de impulsar un pacto de rentas entre patronal y sindicatos. Gavilán ha apuntado, no obstante, que ya se está produciendo de forma implícita este pacto, puesto que el crecimiento de salarios está siendo menor al de la inflación y los márgenes empresariales se mantienen relativamente contenidos.

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