BBVA ganó 2.642 millones en 2015, un 0,9% más que un año antes y espera que sus resultados vayan a más y que en España el nuevo Gobierno no caiga en errores del pasado y en políticas económicas que fracasaron hace 100 años.

Los resultados se vieron lastrados por el impacto negativo de la incorporación a las cuentas del banco turco Garanti y otras operaciones corporativas, pues sin ellas el beneficio hubiera crecido un 43,3%, hasta 3.752 millones.

El margen de intereses de la entidad, que recoge los ingresos, creció el 8,7% en un entorno de tipos históricamente bajos, hasta 16.426 millones. El margen bruto -que añade los ingresos por comisiones- marcó un máximo histórico tanto trimestral como anual, hasta 23.680 millones, un 10,9% más, mientras que el neto se situó en 11.363 millones, un 9,2% más, tras unos gastos que crecieron el 12,5%, a consecuencia de las operaciones corporativas realizadas.

En España, BBVA ganó 554 millones porque, aunque el negocio bancario le reportó un beneficio de 1.046 millones, un 21,9% más, el área inmobiliaria perdió 492 millones, un 45,4% menos. En EEUU el beneficio fue de 537 millones; en Turquía, de 371; en México, de 2.090 y en América del Sur, excluido Venezuela, 905.

BBVA cerró 2015 con una morosidad del 5,4%, frente al 5,8% de un año antes, y la cobertura de la cartera crediticia se situó en el 74% frente al 64% de 2014.

La entidad mejoró su solvencia y la ratio CET1 -que mide el capital de máxima calidad- aumentó hasta el 12,1%, que en términos fully-loaded quedó en un 10,3%, es decir, que adelantó los futuros impactos de la normativa de Basilea III.

En respuesta a preguntas sobre un posible Ejecutivo de coalición liderado por PSOE y Podemos, el presidente de BBVA, Francisco González, ensalzó la política económica del PP. "Guste o no guste" a algunos, los últimos cuatro años han dado como resultado "unos números muy positivos" y se han acometido una reformas económicas que permitirán a España crecer un 2,7% este año.

El banquero auguró además que España puede crear "muchísimo empleo", con lo que la tasa de paro caería por debajo del 10% en tan sólo cuatro años y a finales de 2019 estaría en el 9,7%.

Pero para ello es necesario que el nuevo Gobierno sea "realista", no cree utopías ni frustraciones y sea consciente de que "en economía no hay atajos", y la clave es crear empleo y riqueza porque la experiencia ha demostrado que hay políticas que fracasan. Hay países que, aunque no están cerca, están muy presentes para España, dijo en clara alusión a Venezuela, por lo que en su opinión "sorprende que se hable de esas cosas en el siglo XXI".

En el plano financiero, advirtió que habrá una concentración más rápida que en el pasado, muchos bancos desaparecerán y sólo sobrevivirán los que se hayan preparado para el cambio tecnológico. En el caso de España, considera que la oleada de fusiones no se iniciará hasta "dentro de dos o tres años, quizás cuatro", en función de la "presión" sobre los actuales equipos directivos y accionistas.

Las entidades más débiles empiezan a notar las dificultades en sus cuentas y en la cotización, por lo que, a su juicio, la solución más fácil para ellas sería una fusión con un banco más fuerte.

BBVA estudiará cualquier posible operación pero insistió en que tiene otros planes en mente, entre ellos profundizar en su transformación digital y crecer en mercados claves como México, EEUU, Turquía y España. De hecho, en Cataluña aspiran a ser la primera entidad, por delante de Caixabank.