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Economía

El BBVA confía en que la economía española crezca más de un 3% en 2015

  • La entidad dice que el PIB ha acelerado al 1,1% su incremento en el segundo trimestre. Prevé una bajada del paro del 3,1% entre abril y junio.

La economía española continuó ganando tracción en el segundo trimestre de 2015 y podría haber crecido un 1,1%, dos décimas más que entre enero y marzo, lo que incrementa la posibilidad de que el PIB se sitúe por encima del 3% en 2015, según el observatorio que ha elaborado el Servicio de Estudios del BBVA (BBVA Research) para el segundo trimestre.

Tal y como explica la entidad, las previsiones de crecimiento se mantienen invariables (3% para 2015 y 2,7% para 2016), aunque los datos recientes sugieren la existencia de sesgos al alza en el crecimiento a corto plazo, de forma que ha aumentado la probabilidad de que el PIB se sitúe por encima del 3% cuando acabe el año. Según BBVA Research, el primer trimestre del año se caracterizó por el crecimiento generalizado de la demanda doméstica, con un "avance robusto" tanto del consumo de los hogares como de la inversión en maquinaria y equipo. En contrapartida, la inversión en vivienda mostró un crecimiento "algo anémico" y la demanda externa volvió a contribuir de forma "modesta".

En el segundo trimestre, la información disponible sugiere que la composición del crecimiento "podría ser algo más equilibrada", puesto que las exportaciones tanto de bienes como de servicios podrían mostrar una expansión "más homogénea", y en línea con la recuperación de la demanda europea, la depreciación del euro y la caída del precio del petróleo. Esta dinámica, según BBVA Research, confirmaría que la "escasa respuesta" por parte de las exportaciones a la mejora de sus fundamentos durante el arranque del año fue consecuencia, al menos en parte, del efecto base tras los repuntes observados durante la mayor parte del 2014.

Por su parte, la demanda interna arrojaría un crecimiento "todavía robusto" en el segundo trimestre, apoyado en la política fiscal y monetaria, la reducción de la factura energética y la menor incertidumbre laboral. En concreto, los indicadores de gasto en consumo y expectativas de los hogares señalan que el gasto real podría aumentar a un ritmo similar al de los trimestres previos, mientras que se podría registrar una nueva expansión de la inversión en equipo, aunque "ligeramente menor" que en el trimestre precedente.

Por otro lado, BBVA Research constata que los fundamentos de la inversión residencial siguen respaldando tasas de crecimiento positivas, aunque "muy moderadas" y desde niveles históricamente bajos. En cuanto a la demanda pública, la entidad recuerda que en el primer trimestre surgieron algunas innovaciones al alza, puesto que el consumo real de las Administraciones Públicas creció por encima de lo anticipado y la construcción no residencial superó "ampliamente" sus expectativas.

A su parecer, la evolución de la demanda pública se enmarca en un contexto "ligeramente expansivo" de la política fiscal, en el que la moderación del déficit descansa en la recuperación de los ingresos y en la reducción en partidas del gasto como las prestaciones por desempleo y el gasto en intereses de la deuda.

Al mismo tiempo, los registros del mercado laboral siguen mostrando un "avance notable", ya que la afiliación volvió a crecer "con fuerza" en mayo y podría aumentar en torno al 1,2% en el segundo trimestre, lo que implicaría una aceleración de dos décimas en el ritmo de creación de empleo. Por su parte, el paro registrado continuó disminuyendo en mayo y si se mantiene en junio podría arrojar una reducción del desempleo más acentuada que la del trimestre anterior (-3,1% frente al -2,4% registrado entre enero y marzo).

En este contexto, el cambio de tendencia en los precios al consumo se consolida, puesto que el indicador adelantado señaló una caída del 0,2% en mayo, lo que supone una mejora acumulada de 1,1  puntos desde el mínimo en enero.

Desde entonces, se está registrando una corrección al alza en la cotización del crudo que, junto con la depreciación del tipo de cambio, contribuyen a la menor caída de la inflación. Además, los precios subyacentes aumentaron el 0,3% en abril y podrían haberse acelerado una décima más en mayo gracias también a la mejora continua de las expectativas sobre el mercado laboral y la demanda doméstica.

Así, el cambio de tendencia en los precios sigue produciéndose en un entorno de recuperación de la competitividad-precio, ya que el diferencial de inflación respecto a la zona euro, medido en términos del componente tendencial, se mantiene favorable a España en torno a los -0,5 puntos. Además, la consecución de saldos positivos por cuenta corriente continuará impulsada por el abaratamiento del precio del petróleo, las expectativas de reducción de los tipos de interés, la recuperación de las exportaciones y el ajuste estructural en marcha.

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