Asaja pidió ayer al Gobierno una línea de crédito específica para solventar los problemas de liquidez de las explotaciones agrarias, en un momento en que, además, hay más dificultades para la concesión de préstamos. "Los agricultores están asfixiados, sufren doblemente la crisis y están teniendo serios problemas de liquidez; están arruinados, con los almacenes llenos", señaló Ricardo Serra, presidente de Asaja-A, que añadió: "Debemos emprender una serie de tareas que requieren de una importante inversión, como sembrar, podar o tratar con fertilizantes las tierras, gastos para los que antes se obtenían créditos con cierta facilidad".

La apertura de una línea de crédito fue una de las peticiones de Asaja durante la presentación del balance de 2008 y las prioridades del sector en 2009. La organización califica como "pésimo" un año que ha dado al traste "con las buenas expectativas con que los agricultores iniciaron 2008", cuando se registró un fuerte incremento de precios de algunos productos.

Con el comienzo de las primeras campañas de recolección los precios en origen registraron un brusco descenso, que se agudizó a partir de agosto. Cultivos como cereales, oleaginosas, aceituna de mesa, aceite y cítricos, y explotaciones de porcino, vacuno y ovino regresaron a precios de mediados de los 80. A esta situación se suman el incremento del diferencial entre los precios de origen y destino y las restricciones como consecuencia del quinto año de sequía. Todo ello ha conducido a una reducción de la renta agraria de un 8,5% en términos reales.

Y la situación, según Asaja, empeorará con la aplicación del llamado chequeo médico de la PAC, que prevé detraer ayudas directas al agricultor en beneficio de políticas de desarrollo rural. Para los agricultores andaluces, Asaja calcula que las pérdidas se situarán en 350 millones entre 2009 y 2012.