Pito de coña

Lo que gusta figurar

CÁDIZ es tierra de figuras, pero también casi epicentro del figureo. Igual la costumbre de figurar es más universal de lo que se piensa y alcanza ya la categoría de octavo pecado capital, pero en todo caso en Cádiz alcanza, como tantas otras cosas, categoría de sublime.

En el concurso del Falla, sin ir más lejos, donde el figurante está cobrando más protagonismo desde hace unos años. Sobre el escenario, muchas veces el figurante encaja perfectamente en la idea de la agrupación: con el tipo o en un momento puntual del repertorio. Pero otras, no nos engañemos, el figurante está más cerca de su nombre, está más cerca de figurar y su presencia en el escenario es absolutamente prescindible. Hay quien piensa que el objetivo es distraer al espectador de lo que debe ser el verdadero meollo del concurso: letra y música.Un caso similar es el de los

decorados. El atrezzo cada vez cobra más importancia en muchas de las actuaciones, y sobre su uso se cierne también la sombra de los que defienden que el concurso debe medirse sólo por los repertorios, apostando casi por volver a los tiempos del forillo único -generalmente también hortero-.

Resulta difícil, muy difícil, combatir la evolución de un concurso tan vivo como el carnavalesco del Falla, tan vanguardista en muchas de sus facetas, y el devenir de los nuevos tiempos han traído muchas cosas nuevas. Y no todas malas, como piensan alguno.

Los decorados, además, han irrumpido en el Carnaval gaditano promoviendo una industria que debe ser cuidada y fomentada, porque es capaz de crear puestos de trabajo y porque sus decorados está logrando también el respaldo de otras artes escénicas que reclaman el trabajo de los artesanos gaditanos del Carnaval para sus propios espectáculos, lo que supone un triunfo en toda regla.

Como el concurso es, y debe seguir siendo, de letra y música, parece razonable que el atrezzo no puntúe. A cambio, no estaría de más estudiar la posibilidad de crear algún tipo de distinción o premio para estos trabajos, igual que existe algún premio al mejor disfraz o tipo. Sería una forma de recompensar el trabajo de los artesanos, un espaldarazo a su buen hacer y a lo bien que en la mayoría de los casos encajan sus creaciones sobre el escenario del Teatro Falla.

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