Doña Cuaresma

Teo, vuelve

Ya sabía yo que tener un carnavalero de alcalde iba a hundir a esta ciudad en la miseria. Lo dije, lo advertí, pero nada, ni caso. Er Kichi está corrompido por los mismos pecados que afectan a los correligionarios del Dios Momo. Es flojo, sólo piensa en el tataratachán tataratachero, es perezoso y todo lo quiere arreglar con una poesía. Que tengo a la Policía Local de uñas… tuit que te crió; que funcionarias protestan delante del Ayuntamiento, me pongo su misma camisetita, me uno a la protesta de las vecinas y las compañeras, me hago la fotito… y hala, para el Terraza. Así pasa la vida. Pero si hasta ha recuperado las Fiestas Típicas Gaditanas, ¿puede haber algo más facha? Si esta aberración se le llega a pasar por el entrecejo a mi pobre Teo la hubieran masacrado en las redes sociales. Tanto twitter y tanta opinión. Pero claro, como Er Kichi es de los suyos, ahí sigue el muchacho largándose de rositas sin que nadie le cante las verdades del barquero. Al arcarde comparsista nadie le dice que se le van a caer los huevecitos, todo lo más algún pildorazo con maldad chirigotera, un aguántame el cubata, un cómo vas a prohibir los petardos tú precisamente… En fin, piropillos gaditanos para la máxima autoridad de la ciudad en vez de entrar en el turrón, en el quid de la cuestión, en que Cádiz se va a pique. Vuelve Teo, aunque sea en pijama. Y hablando de pijamas, me dice mi amiga Pura, que tiene un hijo trabajando en la Autoridad Portuaria, que cuando el Kichi todavía no se quitado el esquijama en su casa de La Viña ya está la Teo levantando el puerto de Cádiz. Igualito.

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