Opinión

Después de Cádiz ni hablar

Que no, que no hay quien pueda con la gente marinera. Después de tantos dimes y diretes y tantos ‘arreglálotodo’, comenzó nuestro concurso de coplas, el COAC, y el que lo coja pa él, y se acabó lo que se daba, aunque aquí seguimos dándolo todo. Y es que cuando suena una buena copla de Carnaval, sea en febrero, mayo o en cualquier mes del año, se nos olvida todo lo demás. Eso sí, cuando suena esencialmente en el Falla, nuestro Gran Teatro. Que no es lo mismo patearte todo el año los escenarios del mundo mundial para hacer que suene la caja, no con la que marcamos el 3x4 gaditano, lo que es un 4x4 p’al resto de los humanos, sino la otra. La del “ande yo caliente y ríase la gente”. Que a muchos el dichoso virus de los güevos les ha venido a ídem para explotar todos los repertorios habidos y por haber. Propios y ajenos. O sea, dame pan y dime tonto. Hasta que llegó el momento de decidirse: Falla sí o Falla no. Como en el año 1991, cuando nos fueron a quitar el Gran Teatro y, salvo alguna que otra excepción, echaron el culo p’atrás la mayoría de los autores de entonces. Pero ese es otro cantar. Ahora estamos en el concurso que acaba de comenzar como quien dice, y que a pesar de las bajas que por los motivos conocidos se han dado, después de visto y oído lo oído y visto, lejos de resultar un concurso descafeinado como muchos vaticinábamos, intuyo que vamos a tener uno de los mejores concursos de la última década. Al tiempo. De muestra y de momento, dos chirigotas de la Viña pura y dura: ‘Aquí huele a verdín’, pero a verdín de verdad. Claro, siendo del Lacio no iba a oler a incienso, joé. Y la del Cascana, ‘Los cuarentenas principales’, que ante tanto age hasta el covid se ha muerto de risa el hijoputa. Y en comparsas, siendo lo mío, me tengo que rendir ante el arte de ‘We can do… Carnaval’, letra y música de Marta Ortiz, ole, dirección de Beatriz González, ole, y desde la punta jurado al bombo todas mujeres, y ole… Reivindicativas y valientes y cantando con dos cojones, quiero decir, con dos ovarios. Que no quiero que lo que yo diga se lo pasen ellas por el “jigo”… y ole otra vez.

Y para terminar han vuelto los niños, ¿sin nombre? Sí, sí… Lo vaticiné hace ya tres años y ahí están… por Cadi, Cadi, cantando más bonito si cabe, grandes voces, gran tipo, grandes letras, gran música y gran homenaje a todo lo nuestro: a viejos autores, a grandes comparsistas, coristas y chirigoteros, a nuestros emblemáticos rincones, a nuestros problemas, en definitiva: a todo Cádiz. Y es que como todo el mundo sabe “Después de Cádiz ni hablar”.

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