La copla sencilla

El Carnaval prohibido

  • “En aquel momento el papá Estado aplicó el ‘pin parental’ sobre su hijo el pueblo”

Este Concurso que acaba de echar a rodar no debería olvidar una efemérides que mi amigo Santi Moreno ha tenido a bien recordarme: se cumplen 80 años de la prohibición definitiva del Carnaval por parte del régimen de Franco. Podría decirse que en aquel momento el papá Estado aplicó el ‘Pin parental’ sobre su hijo el pueblo, para no permitirle asistir a clases de reivindicación, libertad y derechos sociales.

Este hijo, huérfano de coplas casi una década, como niño rebelde, cuando su padre no miraba, a escondidas, mantenía vivas en bares de la Viña las viejas coplas que con nostalgia se recordaban. Allí se reunían, como fieles amantes de las coplas de El Tío de la Tiza y Cañamaque, aquellos que más tarde convencieron a Valcárcel de que no había nada de malo en ellas como para privar a Cádiz de sus notas. A este grupo de héroes, capitaneados por Macías Retes, con el carismático José Quintana entre ellos, les debemos sin ninguna duda que hoy podamos estar celebrando nuestro carnaval moderno y por extensión, su Concurso.

Si no hubiera sido por ellos, no lo olviden, estaríamos recordando por estas fechas que hace 80 años, un 12 de enero, se enterró aquella incipiente fiesta de las coplas que en Cádiz lucía con esplendor. ¡Cuánto deberíamos valorar las libertades, y hacer uso de ellas, mientras nos dejen! ¡Cuánto deberíamos defender, como obsesión, que cada uno cante lo que le venga en gana, y que sea el pueblo el que decida aplaudir aquello que le haga emocionarse! ¡Cuánto el carnaval de Cádiz y su concurso debería vivirse como una auténtica celebración, en lugar de una competición! ¡Cuánto aún nos queda por aprender de esos hombres que se reunieron durante 8 años en la clandestinidad!

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