Carnaval de Cádiz

La fiesta se desparrama por la ciudad

  • Miles de personas llenan las calles para asistir a una nueva edición de la Batalla de Coplas, que abarrotó los alrededores del Mercado y el Palillero

La comparsa 'La manada' actuando en un tablao del Palillero.

La comparsa 'La manada' actuando en un tablao del Palillero. / Jesús Marín

El Carnaval se desparramó ayer por todos los rincones de la ciudad. Una vez finalizado el largo Concurso de Agrupaciones, desde pasado el mediodía se pudieron ver a las primeras agrupaciones ilegales por las calles. En el centro, la Batalla de Coplas congregó una vez más a miles de personas, ávidas por escuchar en vivo las coplas de los semifinalistas. Como siempre muchas cosas a favor y un único pero: este evento luciría mucho más si fuera acompañado de megafonía en las tarimas instaladas en los alrededores del Mercado Central y en la plaza del Palillero. Por mucha potencia que tenga un grupo, luchar contra el murmullo constante de un gentío es una hazaña inalcanzable.

Al filo de las dos de la tarde, en la esquina de La Marina, actuaban ‘La luz de Cádiz’, el coro de Paco Martínez Mora ‘El tango se escribe con tiza’ o ‘Los jarabe de palo’. El Bizcocho era uno de los personajes más solicitados por los aficionados. Tuvo la feliz ocurrencia de introducirse en el Mercado en busca de un tentempié y allí fue casi secuestrado por multitud de personas deseosas de poder fotografiarse con el autor sevillano. El bueno de Antonio siempre respondió con su mejor sonrisa.

'La luz de Cádiz' actuando en la plaza. 'La luz de Cádiz' actuando en la plaza.

'La luz de Cádiz' actuando en la plaza. / Jesús Marín

En la fachada externa del Mercado de Abastos, las fotografías de la exposición Tipos de Cuidado de Rocío Hernández metían en ambiente a los recién llegados, algunos tan despistados que hasta cantaban el Pero mira como beben los peces en el río. El caso era cantar, y como eso de pasear el 3x4 no está al alcance de todos, cualquier melodía cañí era buena. Desde un villancico a un pasodoble de Manolo Escobar o el inevitable Qué viva España.

Una vez más se echó en falta un poco de megafonía en los escenarios

En la plaza del Palillero, la comparsa ‘La manada’ congrebaba a multitud de personas dispuestas a escuchar al siempre afinado grupo de Fali Mosquera. Y por allí también se podía ver a componentes del coro de Julio Pardo, ‘El batallitas’, que buscaban un tablao en el que encaramarse para regalarnos esos tangos con una fuerza descomunal.

En la plaza, la llegada de ‘Er Chele Vara’ provocó grandes tapones en la esquina de los Callejones. En las primeras horas de la fiesta no se produjeron incidentes. El tan temido botellón, al menos a esta hora de la tarde, aún no ha hecho su aparición. Si acaso, por la plaza de la Catedral, se veía un grupo de batucada y muchos jóvenes con ganas de juerga. Como debe ser. Porque Cádiz ya está de fiesta, y esto no hay quien lo pare.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios