Siempre se ha dicho que el concurso del Falla es el más largo de todos los concursos que hay en el mundo. Este año se ha cambiado el modelo a sesiones más cortas y con cabezas de series en el último lugar de la sesión. Todo un acierto. Se pueden decir más cosas de nuestro concurso, pero sobre todo hay que seguir la línea de mejora que este año se ha creado.

Existe un Patronato que trabaja en esta línea de positividad. Este se iba a ampliar con otras asociaciones pero definitivamente se queda como estaba. Y como estamos en fase de concurso pues todos callados. Cuando pase la fiesta imagino que querrán elevar las voces que ahora no se oyen.

El concurso genera que los egos se realcen mientras dura. A algunos se les va la vida, y el tiempo, tratando de buscar reconocimiento o un hueco en la ansiada final. A esto podemos añadir la poca participación de la mujer contrastando con las agrupaciones callejeras en donde la mujer participa en mayor porcentaje. Pero es pura anécdota que podríamos llamar la parte negativa.

Para otros muchos el COAC es una rampa de lanzamientos y la publicidad suficiente para generar posibles contratos. Muchas de estas agrupaciones nunca han cantado en las calles de Cádiz por lo que yo no las dejaba concursar al año siguiente.

El concurso genera vida por las tardes noches para una ciudad que lánguidamente adormece, sin trabajo ni actividades, sin vida. Muchas son las personas que vienen a Cádiz para ver y acompañar a su agrupación. La mayoría de esos seguidores sienten admiración por el Falla, por el concurso y por Cádiz. Quiere esto decir que se ha convertido en una industria en la que trabajan artesanos, costureras, maquilladoras, etc. Así que tengamos presente que es la única industria que nos queda y que por lo tanto hay que mimar y no quemar como hemos hecho con otras grandes empresas.