la fiesta en la calle

Suspendidos los carruseles de coros del sábado por la lluvia

  • El resto de actos del día en principio siguen adelante a la espera de la mejora del tiempo

Las bateas, vacías mientras cae un chaparrón.

Las bateas, vacías mientras cae un chaparrón. / Jesús Marín

Tras una buena semana en lo climatológico, la lluvia ha decidido empañar la recta final del Carnaval 2017. Así, este sábado han sido suspendidos los tres carruseles de coros previstos para la jornada de hoy y están en el aire el resto de actividades programadas, que en principio siguen adelante a la espera de la mejoría del tiempo. Con todo, algunos valientes decidieron subirse a las bateas, como el coro de Quico Zamora 'Arría la carná', que inició su recorrido en la zona del Mercado sobre las 16 horas. También sobre esa hora estaba previsto un pase de 'La eternidad' en la Catedral, congregando a cientos de aficionados en la plaza. Se espera que las condiciones mejoren con el paso de las horas, animando a las agrupaciones a retomar la calle. 

La temida lluvia hizo ya ayer acto de aparición, trastocando la agenda del día. El carrusel de coros previsto en el barrio de Loreto quedó suspendido y también retrasó las actuaciones del tablao de San Agustín al provocar un fallo técnico. El tablao de la Viña, donde se celebró la final del Concurso de popurrís, se mantuvo. 

También se suspendió el IV Certamen de Coplas para la Cantera que se iba a celebrar en el barrio de Santa María, en un acto de homenaje a Tino Tovar y José Juan Pastrana. En la cita estaba previsto que actuara la chirigota 'Los indiana jones de los Callejones'. Tampoco tuvo lugar la actuación de agrupaciones juveniles en la plaza del Mentidero. 

Fue una noche más que complicada para las agrupaciones callejeras, que no lo tuvieron fácil para interpretar sus repertorios a pie de calle. En la escalerita de Doctores Meléndez, uno de los pocos sitios resguardados que ofrece la zona, no se cabía. Por su parte, los que buscaban tranquilidad tenían que arriesgarse a coger una buena mojá. Aún así, por muchas calles podían verse corrillos coronados de paraguas. 

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