Carnaval de Cádiz 2023

Miguelo, un corista de toda la vida

  • El veterano carnavalero, ahora ingresado en la residencia Fragela, recibió la insignia de plata de Ascoga en presencia de numerosos compañeros, amigos y familiares

  • Miguel Otero formó parte de coros míticos y tiene nueve primeros premios

Miguelo, en el centro, rodeado de sus compañeros.

Miguelo, en el centro, rodeado de sus compañeros.

Miguel Otero, Miguelo, es un corista de toda la vida. Lleva el tango en las venas. Este hombre de bronce, curtido en mil batallas en el mar y en los ríos de la vida, ha saboreado las mieles del éxito en el Concurso hasta en nueve ocasiones, con coros como ‘La tía norica’, ‘Guacamayos y lechuguinos’, ‘Quo Cádix’, ‘Vamos a la ópera’ o ‘La tienda la Cabra’, además de haber formado parte de otros míticos como ‘El callejón de los negros’. Por todo ello, Frank Espinosa, gran amigo de Miguelo, con el que compartió mil y una vivencias en el coro de Julio Pardo, organizó días atrás un homenaje en la Residencia Fragela, donde Miguelo vive actualmente. Hasta allí se acercaron muchos de sus ex compañeros, que compartieron con él unos momentos muy emotivos. Augusto Bravo, con su guitarra, dio el acompañamiento musical para que sus amigos regalaran al propio Miguelo y a los residentes en la institución, tres tangos muy conocidos: ‘Gaditana’, del coro ‘La fantasía’, ‘Los duros antiguos’, de ‘Los anticuarios’ o ‘Cómo el aroma del nardo’, de ‘Taberneros del puerto’, primer coro con el que Julio Pardo logró pasar a la final y del que formó parte Miguelo. A pesar de sus achaques, Miguelo cantó con sus compañeros mientras por su rostro caían lágrimas con forma de bandurrias. No lo puede evitar. Miguelo nació corista y morirá corista.

Durante la visita, Antonio Procopio, en representación de Ascoga, impuso a Miguelo la insignia de plata de la asociación por toda una vida dedicada a la defensa del tango gaditano.

Frank Espinosa le hizo entrega, asimismo, de un bonito pergamino en presencia de sus hermanos y sobrinos.

Un entrañable acto en el que se homenajeó a Miguelo, quien con su sonrisa ancha y su voz de tenor lírico, nos enseñó que en esta vida las cosas o se hacen con pasión, o no se hacen.

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