La pandemia provoca una suspensión histórica

Fran Quintana: "Psicológicamente, prescindir de la rutina que supone preparar la agrupación es una pérdida importante"

  • El psicólogo y también autor carnavalero habla del 'efecto aniversario' que afecta a concursantes, autores y aficionados y señala que requiere un proceso de adaptación

  • Recomienda disfrutar de lo que tuvimos y mantener este año muy viva la llama del Carnaval para que el próximo año sea el mejor de la historia

Fran Quintana, psicólogo y autor de Carnaval.

Fran Quintana, psicólogo y autor de Carnaval. / Julio González

Mucho se está hablando de la ausencia del Concurso y de lo mucho que carnavaleros y aficionados lo echarán de menos. Pero, ¿esta ausencia se queda simplemente en nostalgia?; ¿Puede tener efectos psicológicos más severos? 

A esto responde el psicólogo y también autor carnavalero Fran Quintana, que sabe por partida doble de qué habla. "La ausencia del Concurso sí que afecta psicológicamente a los componentes, tal y como estamos viendo". "Pero hay que diferenciar, pues la afectación depende del grado de implicación que tenga la persona en la fiesta", expone.

Explica Quintana que en Cádiz esta fiesta es demasiado intensa en todos los sentidos, "pues hay muchas personas que hacen del Carnaval su estilo de vida y esto implica sus emociones, quizás las más intensas de todo su año". Por este motivo "para estas personas prescindir de la rutina que conlleva todos los preparativos de la agrupación, los ensayos, el disfraz, el montaje, el ensayo general etc. supone quitarles cuatro meses mínimo de las emociones que cultivan y que le nutren anualmente, así que sí que es una pérdida importante".

Desde el punto de vista emocional, comenta que tanto para participantes, como concursantes, autores y aficionados, el hecho de que llegue la fecha del Concurso y que no se celebre "pues produce nostalgia, lo que en psicología se denomina 'el efecto aniversario', y es que cuando has vivido algo emocionalmente muy intenso, en la misma fecha del año siguiente tendemos a repetir las mismas emociones". 

Comenta que "esto ocurre con los duelos, con las hecatombes, catástrofes y también con las cosas bonitas y tendemos a que se nos repitan esas mismas emociones". De esta forma, cuando estas sensaciones reinciden pero el objeto que las causó no está, en este caso el Concurso, "pues crea una situación emocional contradictoria porque su sistema emocional le pide vivirlo de nuevo, pero no puede ser". Es decir, que "se crea un conflicto emocional que tendemos a pensar que no tiene importancia y que queda dentro de lo que es la afición, pero en el Carnaval es tan intenso lo que se vive, hasta el punto de que se integra como una filosofía de vida, que requiere para muchas personas de un proceso de adaptación a esta nueva situación". Por supuesto, aclara, "no es grave ni tiene relevancia clínica, ni mucho menos, pero requiere adaptarse".

Diferencia, eso si, el grado de implicación y la forma, ya que "para los profesionales del Carnaval es otra historia". "Para los maquilladores, artesanos y los propios componentes o agrupaciones que ya están en niveles profesionales y viven de esto, añade, el efecto más que psicológico está relacionado con el efecto de la pérdida del empleo que pueden tener otras personas en otros sectores debido a la crisis del coronavirus".

Por tanto, puntualiza que es una afectación mucho más severa y relevante porque afecta a niveles familiares, sociales y socioeconómicos. "Ya no es solo que te quiten una afición que te guste mucho y remueve mucho tus emociones, sino que además te están quitando el medio de vida".

En cuanto a los consejos de cómo afrontarlo "no es más que un proceso adaptativo como tantos otros de los que tenemos a lo largo de nuestra vida". Es algo "relativamente sencillo porque entendemos que habrá el próximo año, no es una pérdida definitiva sino temporal y, por tanto, es importante centrarse más que en la pérdida, en valorar lo que se tuvo y lo que se tendrá". "Quedarnos con lo bueno, disfrutarlo y conservarlo en nuestra memoria y aprender de nuestros mayores". Hace referencia a la época de la posguerra, en la que hubo nueve años sin carnaval "y los carnavaleros lo conservaron a base de reunirse clandestinamente y consiguieron que no se perdiera la fiesta y que se recuperara felizmente en el año 49". Así que lo tiene claro, "este año nos toca a los carnavaleros mantener viva la llama para que el año que viene sea el mejor carnaval de la historia". 

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