Diario del Carnaval

Coplas como nuevas

  • Los cuatro tablaos instalados en el Paseo Marítimo reúne a miles de personas y deja imágenes inéditas, con los primeros premios cantando con la playa Victoria al fondo

En un escenario inédito, ante una playa de la Victoria celosa por la retahíla de piropos de esa Caleta que enamora a los poetas, se celebró ayer la primera Batalla de Coplas de extramuros. El Carnaval traspasó por un día las murallas de las Puertas de Tierra y contagió a otros barrios. Puede que no sea su escenario natural, quizá lo recogidito del casco histórico y de sus esquinitas recoletas ayude a que los repertorios suenen con más vigor, pero el caso es que el ambiente y las imágenes que se vieron ayer en los cuatro tablaos situados a lo largo del Paseo Marítimo gaditano fueron espectaculares.

El único pero, por poner alguna pega, que se le puede poner a la organización es que ni el Ayuntamiento ni Horeca, promotores de la iniciativa, cayeron en la cuenta de que es necesario poner micrófonos a las agrupaciones cuando se quiere llegar a tanta gente. La explicación oficial es que no pensaron que se fuera a congregar tantas personas, de hecho, a primera hora de la mañana la Policía Local informaba a los usuarios de los garajes de la zona que ni siquiera tenían órdenes de cortar el paseo. Sin embargo, las previsiones se quedaron cortas. Porque desde antes de la una de la tarde miles de personas hacían cola en los diferentes tablaos para escuchar a los primeros premios. Algunas agrupaciones, como la comparsa 'La eternidad', la chirigota 'Mi suegra como ya dije' o el cuarteto 'Los del patronato', excusaron su ausencia debido a compromisos adquiridos con anterioridad, aunque el resto de premiados sí que acudieron a su cita con los aficionados.

Entre ellos el cuarteto de Gago, que se las veía para hacerse escuchar, por lo que se ayudaban de un megáfono. Un esfuerzo más que compensado por la gran acogida del público, que al terminar la actuación en las cuatro columnas, cerca de las seis de la tarde, eran acaparados para hacerse fotos. Sobre todo Tamara, la niña gótica, que apenas podía dar un paso sin la aclamación de sus fans, muchos niños y mayores. Vamos, que el sol empezaba a ponerse y todavía no habían ni almorzado. Es tal el éxito del primer premio en cuartetos que el lunes ya habían agotado su merchandising. No les quedaban ni chapas. Comentaban que hasta hoy no les llegaban más.

Muy aclamados también 'Los irracionales', que acabaron sobre las 16:30 de cantar en la calle Brasil ante el grito de "¡campeones, campeones!". Uno de sus integrantes comentaba que el itinerario estaba mal planteado, pues empezaban en las cuatro columnas, para seguir en Brasil y luego Nereida. Un poco lío, decía.

Mientras actuaba la comparsa de Jesús Bienvenido, los vikingos de Los de Cádiz Norte, que vinieron en excursión en la línea número 7, estuvieron un buen rato esperando, hasta que por fin entonaron su grito de guerra. "Uuuu, aaaah".

Un espectáculo de primera para el que los bancos, farolas, bordillos y balaustradas servían de alzador para ver mejor a las agrupaciones favoritas, ya que escucharse, bien poquito, más allá de las primera filas.

Uno de los tablaos más animados fue el situado en la esquina de la calle José García Agulló, justo arriba del Bebo los Vientos. Allí fueron pasando con mucho éxito las agrupaciones ante la atenta de mirada de niños y mayores, que se subían a cualquier lugar elevado para poder ver a los grupos.

Los marcianos del 'Planeta rojo' de Vera Luque también se dejaron ver por allí con ese himno oficioso de los Carnavales, ese "somos los hinchapelotas" que se corea desde el Falla hasta el Paseo Marítimo.

Y tras ellos, y después de pasar por allí 'Los irracionales' de Bienvenido y el cuarteto de Gago, asomaron 'Los peregrinos' de Juan Carlos Aragón. A pesar de la ausencia de micrófonos, ya lo hemos mencionado como el lunar de un gran martes, los aficionados pudieron disfrutar de la voz de Ramoni. 37 años saliendo en Carnaval contemplan a esta fiera escénica que no necesita estar en la fila delantera de un grupo para adueñarse de un repertorio con esa voz poderosa con que ha venido al mundo. Hay octavillas, hay contraaltos, y luego está Ramoni, que es otra cosa. Por eso cuando se le escucha uno no puede evitar sentir un escalofrío por la espalda.

En el tablao de Nereidas quienes actuaban a esa hora de la tarde eran 'Los equilibristas', otra grandísima comparsa que esta vez sin Ángel Subiela, que se ausentó por el fallecimiento de su suegro, deleitó a los aficionados frente a la heladería Mira. La sensación general es que esta comparsa mereció más. Aunque sentir el calor del público les consuela.

Calor tampoco le falta al fiambre más fresco de la historia, el Manué de la chirigota de San José de la Rinconada (Sevilla) 'No te vayas todavía'. Tan conocidos son que el pequeño Jaime, a sus siete años, anunciaba a sus padres preocupado mientras los veía cantar que "en cuanto que bajen le voy a preguntar a Manué que ¿de qué ha muerto?".

Y así, poco a poco, y mientras que en centro empezaban a sonar tangos, la Victoria fue recuperando su normalidad y también su habitual paleta de colores de tonos azulados, rota en un día histórico, un 28 de febrero donde el Carnaval se dio un paseo por la otra playa.

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