cuarteto

Anónimo

El tipo. Un frutero, un ciego, un lazarillo y un alguacil tartamudo. las coplas. Un ciego y un lazarillo que venden pociones, un frutero al que le dan coba y un alguacil tartamudo con una oreja tan grande que es el cabo Oreja -chiste mitiquísimo y de Cadi, Cadi-. Una idea que sólo les llega para hacer chistes con el tartamudo y con el ciego durante toda la parodia. Éste no vio el gol de Iniesta en el Mundial, sólo lo escuchó. Vamos a jugar al Veo Veo. El ciego lo ve muy turbio. El alguacil le dice al ciego: "Ven, el de los ojos bonitos". El ciego se llama Vicente Buenavista de Reojo y vive en la calle Bellavista en el noveno B. Y así todo. Los niños, noveles en la categoría de adultos, le echan un poco de cara a la actuación, pero el repertorio no acompaña en ningún momento. Cantan bien los cuplés, pero las letras siguen sin ayudar para levantar el vuelo. En el primero, aceptable, cuentan los gafes que son, tanto que van a un casting de Arrayán y la serie se acaba -bueno, ya acabó hace cuatro años- y un año que no se hacen socios del Cádiz y va y sube. En el segundo, sin sentido, lo dedican a un mannequin challenge que hace la Familia Real, lo que demuestra que es "una familia de carajotes". No remontan en el tema libre con el intento de romancero 'La historia interminable', que va sobre un día de Carnaval. La fiera del gallinero no despierta en ningún momento, lo que les permite salir airosos en el estreno. Por lo visto en el escenario, es normal que sean anónimos. 

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Puntuaciónes COAC 5 / Miguel Guillén

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