El Club de Rugby Atlético Portuense saldó la primera de sus finales en la fase de ascenso de forma más o menos satisfactoria. Le pudo ir mejor, porque acudía a Hermani con mucho respecto y a punto estuvo de regresar con un triunfo, pero objetivamente una derrota por sólo tres puntos de diferencia le permite albergar todas las esperanzas de clasificación para la eliminatoria decisiva.

Como era de esperar, el partido destacó por la intensidad. Al  principio, las imprecisiones, fruto de los nervios en ambos bandos, fueron la nota dominante, con planteamientos muy estratégicos y llegadas con patadas al campo rival para luego construir.

Los pupilos de Manolo González y Andrés Cantero soportaron bien la presión de la grada y las acometidas locales con una defensa férrea y b ien posicionada. A partir de ahí, el desgaste hizo mella y el CRAP pasó a llevar el peso, aunque el cuadro guipuzcoano, que basó su juego en balones aéreos buscando el fallo en la recepción, se adelantó con un ensayo sin transformar que en absoluto descompuso a los visitantes.

Tras el descanso, el encuentro se abrió al lanzarse al ataque los dos equipos. El Atlético Portuense dio la vuelta al marcador y tuvo opciones para sentenciar, pero se quedó varias veces a cuatro o cinco metros de la zona de marca. Por contra, un par de fallos en labores de contención permitieron al Hernani meterse en la pelea y tomar la delantera cerca del final.

Las expulsiones temporales de De la Cueva y Renaud obligaron a un esfuerzon añadido en defensa, y de nuevo con 15 el CRAP se fue a por el triunfo pero ya sin fortuna.