Ciclismo l Tour de Francia

"Muy, muy, muy vigilado"

  • La ministra de Salud de Francia advierte a Lance Armstrong que la Agencia de Lucha contra el Dopaje de su país le prestará una atención especial en esta ronda

La ministra de Salud francesa, Roselyne Bachelot, lanzó ayer un aviso acusador al estadounidense Lance Armstrong, al que advirtió que estará particularmente vigilado por las autoridades antidopaje durante el Tour. "Le dije a Lance Armstrong que será muy, muy, muy vigilado", enfatizó la ministra, cuya cartera financia casi en su totalidad la Agencia Francesa de Lucha contra el Dopaje (AFLD).

Aunque el organismo antidopaje francés no será el encargado directo del control en la carrera, sino de nuevo la Unión Ciclista Internacional (UCI), la relación entre la AFLD y Armstrong siempre ha sido muy tensa.

Según publicó L'Equipe en 2005, justo después de la retirada del ciclista, Armstrong dio positivo por EPO en unos análisis retroactivos realizados a unas muestras de orina congeladas de 1999, año en el que aún no había un método para la detección de dicha sustancia.

El texano, que regresó en 2009 al ciclismo tras tres años y medio retirado, siempre negó haberse dopado y acusó de poco profesional al laboratorio parisino en el que se hicieron los tests, Chatenay-Malabry. El presidente de la AFLD, Pierre Bordry, ofreció a Armstrong realizar un nuevo test retroactivo de las pruebas de 1999, esta vez bajo la supervisión del ciclista, pero el norteamericano declinó la oferta.

Armstrong, ganador de siete Tours, nunca dio positivo durante su carrera deportiva. Los resultados que se dieron a conocer en L'Equipe no podían ser base para una sanción porque eran tests simplemente para investigación y no podía realizarse la prueba B.

Apenas unas semanas después de su último triunfo en París, el diario galo publicó una foto a toda página y a todo color y el titular "Las mentiras de Armstrong" en gruesos caracteres. Fue el 24 de agosto de 2005, apenas un mes después de la histórica séptima victoria consecutiva de Armstrong en el Tour, su última carrera antes de retirarse.

Los redactores de L'Equipe habían conseguido mediante una treta el número de código de los protocolos anónimos de los controles del laboratorio de Chatenay-Malabry. Por encargo de la Agencia Mundial Antidoping, el reputado instituto había analizado las pruebas de orina congeladas después del Tour de 1999, tal como hacían posible por entonces los adelantos de las ciencias. El resultado fue que se constató huellas de EPO en seis pruebas.

El diario sacó la consecuencia de un dopaje en tres fases de Armstrong en su primera victoria en el Tour: antes de la salida para un fuerte prólogo y antes de la novena y décima etapa en los Alpes y en los Pirineos.

El mito del paciente recuperado de su cáncer, vencedor de la carrera más dura del mundo a los dos años del diagnóstico, se destruyó de un golpe en Francia.

El país arrojó casi de un puntapié al poco querido estadounidense de los anales del santuario nacional que es el Tour. Varios periódicos hablaron del "probablemente mayor fraude deportivo de la historia".

De cumplirse los deseos de Pierre Bordry, jefe de la Agencia Antidopaje Francesa, o del antiguo director del Tour, Patrice Clerc, Armstrong se hubiera quedado en casa. En su opinión, los datos de 2005 habrían bastado para mostrarle una tarjeta roja de por vida. Pero un cambio en la dirección de la carrera hizo que se decidiera poner en primer plano los intereses económicos del producto llamado Tour, y Armstrong saldrá hoy.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios