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La vida está en juego

  • El conjunto amarillo, con la moral muy fortalecida, afronta la batalla de El Sardinero con el reto de hacer bueno el 1-0 del choque de ida y con un once similar en el que se puede producir alguna variación Los dos clubes persiguen algo más que un ascenso

Las urgencias históricas están más presentes que nunca hoy en los Campos Sport de El Sardinero (a partir de las siete de la tarde) con dos equipos en liza con mejor pasado que presente que buscan reverdecer viejos laureles con un futuro más prometedor en una categoría superior antes de mirar más arriba. El Cádiz afronta el partido de vuelta de la eliminatoria contra el Racing de Santander con una valiosa y a la vez mínima ventaja de 1-0 que tiene que hacer buena para dar un paso más y meterse en la gran final que sería la tercera y definitiva ronda por el deseado ascenso a Segunda División A. Una victoria, un empate o incluso una derrota ajustada siempre que sea con goles (2-1, 3-2...) es más que suficiente para salir airoso del enfrentamiento contra el campeón del grupo I, perdedor ante el Reus en el doble asalto entre líderes. Una vez más, una misión difícil pero ni mucho menos imposible para un Cádiz con la autoestima reforzada desde que arrancó la etapa trascendental de la campaña. Este año toca subir con tres cruces de vértigo y además el segundo encuentro siempre en campo contrario, consecuencia directa de haber accedido como cuarto del grupo IV a la pugna por el ascenso.

El preparador cadista, Álvaro Cervera, mantiene el bloque por el que apuesta desde el comienzo del play-off aunque puede hacer una o dos modificaciones en una alineación que es un secreto de Estado hasta poco antes del inicio del encuentro y que quizás quede condicionada por el once del equipo anfitrión.

Dos ilustres del fútbol español venidos a menos en los últimos tiempos, que sobreviven con respiración asistida en la oscuridad de la división de bronce, se juegan la temporada en un duelo a vida o muerte. El ganador seguirá iluminado y el que caiga se asomará al abismo. El drama está servido. Sólo uno puede quedar en pie y el Cádiz parte con todas las posibilidades de continuar su recorrido hacia la Segunda A si es capaz de prolongar sus sólidas prestaciones durante los próximos 90 minutos, aunque no es descartable que se pueda llegar a la prórroga (serían 30 minutos más) o quizás a la tanda de penaltis. La igualdad es máxima, como quedó de manifiesto en un partido de ida inclinado a favor de los gaditanos gracias al penalti cometido sobre Lolo Plá transformado por David Sánchez. Fue una acción aislada en ataque bien aprovechada en el momento más oportuno, cuando los santanderinos más apretaban en la segunda mitad.

El cuadro amarillo quiere resolver por la vía rápida, sin tiempo extra, y el choque disputado en A Malata ante el Ferrol hace justo dos semanas es el espejo en el que se mira a la hora de encarar el envite contra la escuadra montañesa. Allí cuajó una soberbia primera media hora en la que marcó dos goles -firmados por Álvaro García y Salvi- que a la postre valieron el triunfo y la consiguiente clasificación después del cero a cero de la ida.

Pero nada tiene que ver la exitosa cita en tierras gallegas con la que hoy se dirime en territorio cántabro. El equipo entrenado por Pedro Munitis dio la sensación en el estadio Ramón de Carranza de estar más entonado que un Ferrol sin fuelle en la recta final de curso. La batalla de El Sardinero se presenta a priori mucho más complicada que la de A Malata pese a que el marcador actual es favorable para los gaditanos. El Racing está obligado a remontar un resultado adverso y se prevé una salida en tromba que el Cádiz debe contener con orden y oficio, sin titubeos. Sin prisa, pero sin pausa. Sin miedo, sin dar un paso atrás, sin dejar de mirar el área de un rival consciente de que tampoco puede permitirse el lujo de descuidarse en la retaguardia.

Además de mantener la premisa fundamental de guardar la portería -el hilo conductor de todo el play-off-, el reto es perforar la meta contraria. Un gol del cuadro amarillo fuera de casa adquiere un valor doble y no deja a los locales otro argumento que ganar por dos tantos. Con el marcador a favor, el contragolpe se convierte en el arma que más daño puede hacer a un Racing que anuncia un planteamiento ofensivo desde el pitido inicial. Las acciones a balón parado emergen también como parte importante en la resolución de la eliminatoria porque cualquier chispazo suelto en cualquier momento puede resultar decisivo. En el partido disputado en el Carranza el pasado domingo, el Cádiz defendió con eficacia las jugadas de estrategia del Racing -el adversario colocó numerosos balones en el área- pero no estuvo nada fino cuando le tocó colocar la pelota en las proximidades de la portería contraria. Faltó además profundidad a la hora de atacar.

El Cádiz ha preparado a conciencia el encuentro y llega el momento de plasmar sobre el césped el trabajo de toda la semana. Cervera tiene las ideas claras y, si no se produce en un giro radical en sus decisiones, tirará de su bloque fijo de nueve jugadores titulares en los tres partidos anteriores del play-off y completará el once con otros dos más. Salvo cambio de criterio, tienen plaza asegurada el portero Alberto Cifuentes, los defensas Xavi Carmona, Aridane, Migue González y Servando Sánchez -el isleño de nuevo como lateral izquierdo-, los centrocampistas David Sánchez y Sergio Mantecón y los extremos Salvi y Álvaro García a expensas de ver en qué lugar colocará al veloz zurdo, que en Ferrol ocupó plaza de segundo punta. Para los otros dos puestos hay varios candidatos y todo depende de lo que disponga el técnico. La duda surge en si es Dani Güiza o Lolo Plá el hombre más adelantado -los dos nunca han coincidido en la alineación en los choque de la fase de ascenso- y si el míster se decide por Abel Gómez o Fran Machado, aunque caben otra opciones. El mediapunta granadino es la única novedad en la expedición al coger la vacante del descartado Jandro, que se quedó fuera por decisión técnica.

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