El Cádiz se congració con la afición en el regreso al Carranza gracias a una cómoda victoria contra el Melilla que se fraguó en un par de minutos claves, el último de la primera parte y el inicial de la segunda. Dos goles en esos instantes, de los llamados psicológicos, inclinaron la balanza a favor de un equipo amarillo que llevó el peso del partido y fue muy superior, con todo de cara a partir del primer tanto. Tres puntos más que merecidos en una mañana plácida aderezada con un juego que brilló con luz propia. Además de ganar, que era lo importante, el Cádiz gustó y se gustó. Supo circular la pelota con criterio y fue el encuentro que más veces metió la pelota en el área contraria. Falta le hacía falta para alimentar aún más una autoestima fortalecida tras la victoria ante el Murcia.
Fue un triunfo ante un rival de la zona trasera de la tabla poco exigente pero el adecuado para avanzar en el largo camino que conduce hacia la fase de ascenso. El éxito fue el premio obtenido fruto del trabajo de todo un equipo en el que sobresalió con mayúsculas la portentosa actuación de Salvi. De largo su mejor partido con el conjunto gaditano y quizás el de toda su carrera. Omnipresente en todas la acciones de ataque, sirvió dos goles y participó en el otro, desbordó con una facilidad asombrosa a velocidad de MotoGP y se esforzó como el que más en labores defensivas. Qué más se puede pedir. Un auténtico partidazo que le valió el reconocimiento de la afición y de sus compañeros.
Cuando un futbolista vive en estado de gracia, es normal que sus compañeros lo busquen, como al jugador de baloncesto en racha que mete todas las canastas. Cuando un futbolista lo hace todo bien, pasa lo que pasa en la grada, que corea su nombre en repetidas ocasiones. Salvi se ganó con creces esa recompensa que nunca olvidará porque no es fácil tanta unanimidad en los elogios. El equipo giró en torno al 7 pero funcionó como una máquina perfectamente engrasada que sometió al Melilla con paciencia y los goles de Jandro y Lolo Plá por partida doble. Todo fue coser y cantar tras el primer gol.
Claudio es dado a sorprender con sus alineaciones y ayer no fue menos. En el lateral derecho apareció Xavi Carmona, el último de los refuerzos del mercado de invierno que quedaba por estrenarse. Fue un debut obligado por la baja de Juanjo, enfermo. Apostó además por Jandro, desaparecido tras no aportar gran cosa a su llegada al club y con una nueva oportunidad ayer para demostrar si está o no en condiciones de subirse al carro. El resto del once, más o menos lo esperado con la novedad de la ubicación de Lolo Plá en punta y los dos delanteros centros en el banquillo (Güiza y Despotovic).
El Cádiz esperaba encontrarse un rival agazapado en su terreno, pero sucedió todo lo contrario. Se vio sorprendido por la presión de un Melilla valiente que trataba de dificultar la tarea.
No tardaron los amarillos en dar con la tecla para llegar al área. Salvi y Álvaro García se erigieron en los estiletes y el sanluqueño, en el minuto 6, empezó a hacer de las suyas y protagonizó el primer disparo a puerta, atrapado por Dani Barrio, tras deshacerse de dos contrarios. Los locales empezaron a fabricar ocasiones a una velocidad de vértigo, pero faltaba la guinda para abrir el marcador. En el 13, Lolo Plá reclamó penalti tras un remate a bocajarro que se marchó fuera por poco. Casi sin respiro, un zurdazo de Álvaro García desde la frontal bien encaminado acabó en saque de esquina tras tropezar el esférico en un defensa.
El asedio de los anfitriones era permanente pero sin premio. Xavi Carmona se sumó al festín ofensivo y a punto estuvo de endulzar su debut con un gol que vio cerca en el minuto 19 con un doble disparo que rebotó en la defensa. El Cádiz dejó pasar sus mejores momentos y el duelo se adentró en una fase anodina en la que el Melilla volvió a asomar la cabeza. Alberto Cifuentes, en el 25, evitó el 0-1 tras testarazo David Cubillas en un chispazo aislado ellos visitantes. Los amarillos espaciaron sus incursiones aunque sin parar de insistir. El gol era cuestión de tiempo porque la pelota rondaba con frecuencia los dominios del arquero del cuadro azulón. Pudo haber llegado a la media hora si el árbitro hubiese señalado un clarísimo penalti cometido sobre Jandro, arrollado por Richi dentro del área.
El primer tiempo volaba con el marcador intacto por falta de puntería de los locales. Los intentos lejanos de Salvi, Xavi Carmona y Andrés Sánchez se perdían por encima del larguero y cuando parecía que el cerocerismo iba a imperar en el intermedio, Jandro se estrenó como goleador cadista con un lanzamiento raso tras centro de Salvi. El sanluqueño, pletórico con su velocidad y desborde y preciso en las asistencias, se marchó de uno y otro, llegó a línea de fondo, sirvió al corazón del área y el asturiano, en el segundo palo, no desperdició la oportunidad.
A lo justo, pero el Cádiz se iba a los vestuarios con una ventaja que había merecido. Fue uno de esos goles psicológicos que acabaron con la resistencia de un adversario que bajó los brazos nada más recibir un golpe certero en el arranque de la segunda mitad. Los hombres de Claudio salieron en plan arrollador y a los 34 segundos de la reanudación encarrilaron el choque con un tanto de Lolo Plá. Salvi, en posición de ariete, no pudo conectar el remate, el balón quedó suelto y el extremeño, sin oposición, fusiló a Dani Barrio de manera inapelable. 2-0 y duelo casi finiquitado gracias a un eficaz Cádiz y a un rival que acusó el golpe. Los amarillos dominaban con una superioridad aplastante y además contaban con el plus añadido de Salvi, tocado por una varita mágica. En el minuto 53, el 7 cadista robó el balón en la medular, se deshizo de Mahanan y, ya dentro del área, el esférico sirvió en bandeja para que Lolo Plá empujara a placer a puerta vacía. El gaditano de Sanlúcar pudo haber intentado marcar él solo ante el portero, pero su generosa prolongación a Lolo Plá agigantó aún más su figura.
Con el 3-0 el partido estaba más que finiquitado. El Cádiz pudo haber marcado algún gol más, pero levantó el pie del acelerador. Dani Barrio sacó un mano a mano con Álvaro García (minuto 70) poco antes del carrusel de cambios.
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