En los últimos días, Samer Ali Saad Guardia (Sevilla, 1982) ha combinado entrenamientos suaves y Paracetamol para intentar recuperarse de un virus que ha puesto en duda hasta última hora su participación en el Triatlón Cádiz 2012, la prueba que ha ayudado a promocionar y que reunirá hoy en la playa de Santamaría a 450 deportistas. Si la fiebre y sus debilidades dan tregua al sevillano, será posible ver competir a uno de los máximos exponentes del triatlón andaluz y uno de los pocos profesionales de una disciplina en plena ebullición aunque todavía poco conocida.

Menos aún lo era cuando Ali Guardia inició su carrera y despuntó, pronto, como subcampeón de España sub23 en Gerona, por detrás de un joven Javier Gómez Noya que ya se perfilaba como el mejor triatleta español de todos los tiempos. La progresión del sevillano le permitió hacerse un sitio en la selección nacional y empezar a competir en todo el mundo. "En las primeras pruebas tuve que adaptarme a un salto de nivel impresionante. Competir a otros niveles, a otros ritmos y presiones... Era imposible descuidarse un segundo. Aprendí que si desconectabas en cualquier sector, estabas perdido", relata.

El triatleta andaluz, que ha representado a España en más de 35 pruebas, luchó hasta el último momento por los puntos que daban acceso al tercer dorsal nacional en las olimpiadas de 2008, tras Gómez Noya e Iván Raña. Ali Guardia recuerda aquella disputa frenética por estar en Pekín, "dos años a contrarreloj", compitiendo al más alto nivel en Chile, República Dominicana, Canadá y varios países europeos. Pero ni él ni ninguno de los cuatro o cinco triatletas españoles que aspiraban a estar en los Juegos entraron en el corte y el país no logró ese tercer pasaporte olímpico.

A partir de 2008, tras un cambio en la dirección técnica de la Federación Española de Triatlón, Ali Guardia abandonó el objetivo olímpico, que siempre implica el riesgo de "quedarse a las puertas mientras dejas pasar otros trenes y otros torneos que también son interesantes y motivadores", tanto en el calendario nacional como en el de la ITU (International Triatlon Union). Y aquí es donde mantiene ahora su briega, ampliando su palmarés, al tiempo que prepara su salto de la distancia olímpica (1,5 km nadando, 40 de ciclismo y 10 de carrera) a la media distancia (1,9+90+21).

Su plan es debutar el 13 de octubre en la primera prueba de este rango que se disputará en Sevilla . "Aún me veo fuerte en la corta distancia, pero es cierto que tengo 30 años y que el cuerpo asimila el trabajo realizado durante tantos años. Voy a probar en Medio Ironman. En Ironman (3,8+180+42) no lo tengo tan claro. Hay que ir poco a poco, quemando etapas", sostiene el deportista del club ADSevilla.

En sus diez años de dedicación plena a la triple disciplina, Ali Guardia ha vivido la explosión experimentada por el triatlón, tanto en el ámbito profesional como en el amateur. Expone, como ejemplos, los tiempos que se manejan para estar entre los mejores en las olimpiadas de Londres: "Corriendo en 32 minutos [10 kilómetros] como yo puedo correr ahora, hace doce años se ganaban copas del mundo. Ahora hay que estar casi en 29. En la natación ocurre lo mismo, antes valía con nadar en 18 minutos los 1.500, y ahora con ese tiempo sales en el vagón de cola porque hay gente nadando por debajo de 16". "La evolución es espectacular", asevera el sevillano, que expone cómo estamos asistiendo a la llegada de las primeras hornadas de triatletas que se han formado como tales. "Triatletas que lo son a los 15 años", en lugar de deportistas que procedían de la natación, el ciclismo o la carrera y que acabaron en el triatlón a una edad más avanzada y que, por tanto, han desarrollado sus capacidades de forma muy distinta.

El triple deporte también está multiplicando de forma exponencial sus aficionados. Ali Guardia cree que "se ha destruido un mito, que era el del triatleta". "En cierto modo a la gente le daba miedo, eran pocos, superpreparados, muy fuertes. Ahora el triatlón está dejando de dar miedo. Hay un gran grupo amateur, gente que se ha dado cuenta de que el triatlón permite hacer entrenamientos variados y a la medida de cada persona y horario. Y eso, logrando un extraordinario rendimiento físico", reflexiona el triatleta sevillano, patrocinado por firmas como el instituto IBP, G-Sport, Training Market y Trisur.

La última prueba de la explosión de este deporte: los dorsales disponibles para la primera edición del Triatlón Cádiz 2012 se agotaron en menos de un día. 450 triatletas disputarán la prueba, desde las diez, en el recorrido que suma 750 metros de natación en Santamaría, 22 kilómetros de ciclismo en la autovía hacia La Isla y 4,5 de carrera en el Paseo. Ali Guardia es el favorito, aunque la mayoría de los triatletas solo compite contra sí mismo.