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La toma del Mediterráneo

  • El equipo amarillo aspira a prolongar la dinámica ganadora en un feudo inexpugnable, posiblemente con el mismo once que ha saldado con éxito los dos últimos encuentros

Las asignaturas pendientes que el Cádiz ha ido aprobando en las últimas semanas tras el dubitativo comienzo de temporada -encadenar victorias consecutivas, ganar fuera de casa en la Liga, regresar a la zona noble de la clasificación, mejorar en el juego- otorgan la confianza necesaria para afrontar los compromisos que se suceden cada fin de semana. El equipo amarillo crece a medida que avanza la competición, pero cada examen le obliga a dar lo máximo en busca de un nuevo triunfo que renueve la buena racha en la que está inmerso, como este mediodía en la visita a un Almería B que, como todo filial, es capaz de lo mejor y de lo peor. Basta recordar el destrozo del curso anterior, con un 3-0 que acabó con Raúl Agné fuera del banquillo y el aterrizaje de Antonio Calderón.

El conjunto amarillo, salvo la conocida ausencia de Óscar Rubio por lesión -se encuentra en fase de recuperación de un desgarro muscular sufrido en el choque copero contra la Balona el pasado 15 de octubre- arriba a la ciudad mediterránea con toda su artillería dispuesto a encadenar el que sería su cuarto éxito concatenado en la Liga -tras los obtenidos frente a Cacereño, Sevilla Atlético y San Roque de Lepe- que le aseguraría una jornada más la segunda posición en la tabla a la espera de un fallo del UCAM Murcia para acercarse un poco más al liderato, que queda a cinco puntos, dos menos que en el capítulo anterior.

La racha positiva sigue abierta y la victoria de los gaditanos no sólo es necesaria para acechar la primera plaza o en su defecto no perder comba. Se trata también de mantener o, en su caso, marcar distancias con los perseguidores para consolidar su permanencia en el ático del grupo IV de Segunda División B. Las diferencias son escasas y de lo que se trata ahora es de abrir hueco poco a poco.

No se presenta nada fácil la misión del Cádiz en el estadio Juegos del Mediterráneo, un escenario de Primera División con dimensiones más que propicias para la práctica del fútbol -anoche se enfrentaron el Almería y el Barcelona-. El Almería B demuestra hasta la fecha se una escuadra potente en su feudo, como así refleja una trayectoria en la que no aparece la mancha de la derrota. Los cinco duelos en los que ha ejercido de anfitrión los ha saldado con un trío de victorias -contra Sevilla Atlético (2-0), Lucena (6-0) y Córdoba B (1-0)- y un par de empates -ante el Melilla (1-1) y El Palo (1-1)-. En total, 11 puntos de los 15 posibles, 11 goles a favor y sólo dos en contra que dan una idea del potencial ofensivo y la férrea defensa. Eso sí, el técnico del equipo rojiblanco no podrá contar ni con el goleador Dani Romera ni con el lateral izquierdo Adrián Castellano, ambos bajas por sanción.

No debe asustar a los gaditanos, ni mucho menos, la firme marcha de los locales en su campo. Hace un par de semanas se dio una situación similar cuando los pupilos de Antonio Calderón comparecieron en la Ciudad Deportiva del Sevilla, donde nadie se había atrevido a toser al cuadro de Nervión hasta que el Cádiz, muy superior, se llevó un más que merecido triunfo (1-3) que además supuso un punto de inflexión.

Los amarillos no pierden el apetito y hoy quieren prolongar la felicidad que siempre dan los triunfos. Las armas son ya de sobra conocidas: intensidad desde el pitido inicial, presión al contrario para capturar el balón y buen trato del esférico en busca de la portería contraria. Si consigue imponer su modelo tendrá mucho ganado, aunque esto no deja de ser un juego y el acierto en las áreas es lo que define el resultado de un partido.

El preparador cadista, como es habitual, se guarda la alineación hasta el último momento. No sería nada extraño que el entrenador apostara por el mismo once de los dos partidos más recientes, saldados de manera positiva con seis puntos para los amarillos que han servido para tomar impulso en la tabla. Oinatz Aulestia tiene plaza fija en la portería -ha jugado todos los minutos en el campeonato-, escoltado por la habitual línea defensiva en la que Andrés Sánchez vuelve a ocupar la demarcación de lateral derecho, Tomás continúa en el costado izquierdo y Servando y Josete repiten como guardianes en el eje de la zaga.

Visto el magnífico rendimiento de Jon Ander Garrido en las últimas fechas, lo normal es que el vizcaíno continúe como pivote en la medular como fiel escudero de Juanma Espinosa, el catalizador del juego que ha ido más en los últimos compromisos y que hoy estará sobre el césped desde el pitido inicial si su espalda se lo permite.

Juan Villar tuvo que retirarse a la media hora del choque contra el San Roque de Lepe pero se ha recuperado a tiempo y apunta al extremo derecho. El onubense es el máximo goleador del Cádiz en la Liga con cinco tantos y llega con confianza tras las dos dianas que endosó al cuadro lepero pese a que estuvo pocos minutos sobre el césped.

El dulce estado de forma de Kike Márquez invita a pensar que el sanluqueño, en la izquierda del ataque en los últimos dos encuentros, no sale del once inicial. Fran Machado es el principal candidato para moverse de nuevo en los tres cuartos y el técnico deberá decidir una vez más entre Jona (titular en las dos jornadas anteriores) y Airam Cabrera para el puesto más adelantado salvo que se decante por alinear a los dos a la vez. El hispano-hondureño ha visto puerta en los dos choques más recientes y el canario también está enchufado tras 'mojar' el pasado domingo. Cada uno atesora cuatro goles en el torneo de la regularidad y cualquiera de los dos puede salir desde el principio. Difícil decisión para el míster.

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