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Segunda B · grupo IV

Un suplicio que no tiene fin (0-2)

  • Los amarillos repiten sensaciones malas y acumulan siete jornadas sin ganar. El UCAM sale campeón del Carranza haciendo lo justo.

Ya falta una jornada menos para que finalice la fase regular de la Liga o queda un ‘calvario’ más antes del play-off. Cualquiera sabe. El Cádiz, ese equipo que se ha diluido en una mediocridad preocupante, sigue desangrándose partido tras partido y lleva siete consecutivos. Dos puntos de 21 posibles representan con crudeza la realidad de un aspirante al ascenso que tiene ese apelativo por lo que dicta la clasificación. Si las sensaciones y los últimos siete resultados puntuaran, otro gallo cantaría.

Ayer fue el UCAM el que se bastó de orden, acierto y un correcto trabajo en bloque para vencer     0-2 en el Ramón de Carranza. Los murcianos no fueron un líder que llevara el miedo a las gradas ni tampoco desplegaron la exquisitez balompédica. Pero fue un equipo, lo que hace tiempo dejó de ser el Cádiz.

La herida del conjunto amarillo no cierra y, además, los jugadores no están poniendo de su parte para que el nuevo tratamiento de Álvaro Cervera mejore los pronósticos. El equipo está muerto física y psicológicamente, vive en un bloqueo casi permanente y a pesar de que trata de encontrar el rumbo perdido, su aportación no le lleva a ninguna parte. Así de claro.

Cervera anunció en la previa que deseaba ver a futbolistas que desde su llegada han contado con poca participación. De ahí a las novedades en la convocatoria y en el once. Para gustos, los colores, pero seguramente el nuevo preparador se habrá dado cuenta que lo que esperaba en segunda fila tampoco invita a ser optimistas.

El problema del Cádiz es colectivo aunque individualmente existen situaciones complejas por un rendimiento bajo. El bloque falló ayer en defensa, permitiendo que las segundas jugadas favorecieran al rival y mostrando una contundencia propia de infantiles.

Sin embargo, por momentos quedaron sensaciones menos negativas que en Jumilla y ante el Mérida, lo que permite hacerse una idea de la altura en la que radica el listón del conjunto gaditano. Para preocuparse. Y mucho.

El choque no empezó tan mal como acabó para el propietario del campo, que trataba de hacerse fuerte y duradero en la zona ancha a la espera de ocasiones. Carlos Calvo, a balón parado, fue el primero en avisar con un chut que se fue por encima del travesaño. No desentonaba el equipo de Cervera a pesar de que en defensa dejaba dudas, especialmente en un Aridane que sigue perdiendo el crédito ganado a lo largo del año. Esas dudas quedaron confirmadas con el primer gol; un córner que ejecutó el ex cadista Góngora, que se comieron casi todos y que acabó con el balón en pies de Pallarés, que sólo tuvo que empujarlo.

Si el equipo es fácilmente vulnerable con un empate inicial, el tanto del UCAM fue la bomba y el desencadenante del mazazo a un equipo débil de cabeza que no está para estas cosas. El Cádiz se desconectó, se vio forzado a actuar por impulsos y de manera poco coordinada, como el centro-chut de Mantecón que sacó Biel Ribas, y la grada se percataba de que no iba a existir manera de volver al encuentro.

No había llegado el descanso y los gritos contra Manuel Vizcaíno regresaron como normal habitual en Carranza desde hace mucho tiempo. La pitada al final de los primeros 45 minutos fue la prueba evidente del divorcio existente entre la masa social y el equipo.

El inicio de la segunda parte fue algo así como un canto a la esperanza. Muy leve pero esperanzador. Carlos Calvo sacó un córner y Servando, con algo más que la cabeza por la rabia que le puso a su remate, se topó con el portero del UCAM, que sacó el balón que iba picado. Y es que tampoco la suerte está de cara...

El partido avanzaba hacia ninguna parte y la afición, por sectores, empezaba a tirar de guasa para buscar a sus cabezas de turco. Se dijo por megafonía que los aficionados no utilizaran silbatos por aquello de poder confundir a los jugadores. El efecto fue que casi todos los asistentes al Carranza empezaron a silbar. De aquí al cachondeo sólo hubo un paso. Los “olé” mientras tocaban los amarillos; gritos diciendo “saca al Cádiz B”, “jugadores mercenarios” o “los jugadores no sienten los colores”.

Lo peor es que Manolo, en una acción muy mal defendida por los locales, se aprovechó de una segunda jugada para marcarse una vaselina simplemente espectacular que Carranza supo entender con su grandeza: ovación.

La parte positiva se la llevaba un UCAM que ganaba de manera justa. La negativa se la asignaron a Mantecón y Despotovic, dos de los más señalados por la masa social. Quizás porque representan fielmente los muchos errores que esta temporada se han cometido en la planificación.

El encuentro estaba sentenciado y sólo Salvi, ya renqueante por el esfuerzo, y Álvaro -los dos gasolina en un equipo con demasiado diesel- tiraban de orgullo para meter velocidad y verticalidad al juego ofensivo de los suyos. Era difícil sorprender a la que es, con diferencia, la escuadra que menos goles ha recibido en el grupo.

Los intentos finales de Servando y Álvaro García no fructificaron cuando la grada, medio vacía por la marcha anticipada de centenares de personas, analizaba aquello de, ¿qué hacemos nosotros con esto en un play-off? A falta del trago de Jaén, el Cádiz necesita renacer a partir de sabe Dios qué. El desencanto es generalizado. La sensación de estar en puertas de una fase de ascenso parece en esta ocasión la de la última bala para evitar un descenso cantado. Todo puede cambiar, aunque con lo que se ha visto en las últimas siete jornadas, vale aquello de ‘no hay más cera que la que arde’.

Ficha del partido

Cádiz CF: Cifuentes, Juanjo, Servando, Aridane, Andrés, Abel, Mantecón, Salvi, Jandro (Álvaro García, 56'), Carlos Calvo (Fran Machado, 66') y Lolo Plá (Despotovic, 73'). 

UCAM Murcia: Biel Ribas, Tekio, Góngora, Pol Bueso, Marcelo, Checa, Josán (Nono II, 66'), César Remón, Pallarés, Manolo (Jesús Rubio, 82') y Nono (Iván Aguilar, 74').

Goles: 0-1: Pallarés (30'); 0-2: Manolo (66') 

Árbitro: Gugo José López Puerta, de Madrid. 

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