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Más sombras que luces en el Carranza (1-1)

  • El Cádiz, con un foco del estadio moribundo, dice adiós a la final tras sucumbir ante el Atlético de Madrid en la tanda de penaltis Los amarillos ofrecen maneras a la hora de la creación, pero dejan mucho que desear en la parcela defensiva

El Cádiz tuvo a once metros de distancia la posibilidad de disputar la final del LVI Trofeo Carranza. Los amarillos se adelantaron en el minuto 83 con un gol de penalti materializado por Aarón Bueno y se dejaron empatar tras una acción infantil de Dani Miguélez cometida en el área sobre Agüero. El argentino no perdonó la pena máxima y la suerte se decidió desde el punto fatídico. Jurado falló por parte del Atlético de Madrid y Velasco y Tiri lo hicieron en el lado amarillo. Otro verano será.

En lo que respecta a la imagen del conjunto de Vidakovic, más sombras que luces. Como el Carranza, que acogió el partido con un foco moribundo. Los cadistas se mostraron con buenas hechuras a la hora de atacar, pero dejaron mucho que desear en la parcela defensiva. El Trofeo ha llegado tarde este año. Y toca seguir trabajando, no hay más.

Dos caras nuevas, Baquero y Jurado, y uno de los canteranos que están luchando por tener una ficha a principio de la temporada, Diego. Y es que Risto Vidakovic continuó ayer innovando con sus equipos titulares. El técnico serbio se toma la LVI edición del Trofeo de los trofeos como un examen más del verano y ayer, en la presentación de los amarillos ante sus aficionados, optó por seguir probando con el deseo y la intención de ver lo que le puede valer para dar sentido a su particular estilo de hacer rodar el balón sobre un terreno de juego.

Frente a los rojiblancos pudo verse que el ex entrenador del Écija apuesta por tener la pelota. Y, a ser posible, por sacarla jugada desde el centro de la zaga. Pero la inoperancia fue la nota dominante durante toda la primera mitad del encuentro que midió a amarillos y rojiblancos. Sólo Jurado, en las filas visitantes, cuidó el gusto y la elegancia y brilló más que las luces que iluminaron el juego.

Con Dani en la portería, mejor con las manos que con su pierna izquierda, Vidakovic optó por formar la defensa con Cifuentes y Raúl López en los laterales y con Álvaro Silva y Pedro Baquero en el centro de la zaga. El jiennense, que no tiene garantizada su continuidad en el equipo, dio muestras de no querer convencer al entrenador de que puede serle útil para su particular forma de hacer fútbol. Y acabó autoexpulsándose. Aprovechando sus lagunas, Baquero, en cambio, sí dio muestras de ser un central de garantías y no sólo se dedicó a cortar y a defender, sino que también se atrevió a habilitar con balones largos a sus compañeros.

Por delante de la zaga se situó Álvaro Jurado, que estuvo fino tanto para destruir como para construir, y los encargados de llevar la batuta en el Cádiz fueron Carlos Caballero y Fran Cortés, que no metieron miedo en el cuerpo con sus acciones.

En las bandas, Enrique se mostraba en su línea habitual y Diego sacaba a relucir el desparpajo que ya ha venido mostrando en partidos anteriores a base de pequeñas dosis. El canterano no anduvo fino en los centros, pero sí supo qué hacer con el balón en todo momento. Parece verde. Y para ganarse la confianza de Vidakovic le puede hacer falta precisamente un bocado de eso, de confianza. El hombre más adelantado fue Arriaga, que desaprovechó más de una ocasión dentro del área. Dibujó espacios y supo desmarcarse con naturalidad, pero apenas vio de cerca los tres palos defendidos por Joel y desesperó al respetable con sus definiciones estériles. Una mala noche la del vasco.

A media luz y a medio gas. El Atlético sólo tiraba de contras y, pese a contar con las mejores ocasiones, tampoco mereció irse al descanso por delante en el marcador.

Que el Cádiz está a dos velas no se le escapa a nadie. Y los problemas de iluminación provocaron que la segunda mitad comenzara con casi veinte minutos de retraso. Ni Sánchez Flores ni Vidakovic movieron el banquillo y sólo Tiri, que justo antes del descanso sustituyó a Raúl López, se presentaba como cara nueva sobre el césped. El lateral no pareció entenderse con Diego en la banda izquierda.

Con la misma tónica del primer tiempo, con el Cádiz teniendo el balón y el Atlético saliendo a la contra, empezaron a producirse las habituales sustituciones de pretemporada. El equipo de Primera metía su artillería y el de Segunda B se refrescaba. Moke, que pasó totalmente desapercibido, Velasco, que se mostró activo, y Germán, muy gris y dando muchas facilidades en la jugada del penalti cometido sobre el Kun por Dani Miguélez. El canterano ofreció en partes iguales cal y arena y lo mismo cantaba que salvaba los muebles. Incluso llegó a sacar de dentro de la portería un balón en un visto y no visto, pero el árbitro no concedería el tanto.

El partido se convirtió en un toma y daca, con más llegadas del Cádiz que del Atlético de Madrid, y la emoción llegó en el tramo final, con los dos penaltis que dieron paso a la suerte más injusta del mundo. Una suerte que, desde los once metros, fue esquiva para el Cádiz. Toca seguir trabajando. Y para ello hay que dar salida a algunos jugadores y entrada a otros. Hoy es 7 de agosto.

Ficha técnica:

Cádiz: Dani, Cifuentes, Silva, Baquero (Germán, 64'), Raúl López (Tiri, 41'), Jurado (Moke, 64'), Enrique (Velasco, 64'), Fran Cortés (Lolo, 85'), Caballero, Diego (Aarón Bueno, 74') y Arriaga

Atlético de Madrid: Joel, Valera (Ujfalusi, 77'), Juanito, Perea, Antonio Lopez, Alberto Perea (Simao, 60'), Mario Suárez (Raúl García, 70'), Camacho, Jurado, Salvio (Reyes, 60') y Diego Costa (Agüero, 60')

Árbitro: Ontanaya López (castellano-manchego). Amonestó a Jurado, Caballero, Raúl García, Ujfalusi. Expulsó a Silva con roja directa

Goles: 1-0 Aarón Bueno, de penalti (85'). 1-1 Agüero, de penalti (88'). Tanda de penaltis: 1-0 Simao. 1-1 Aarón Bueno. 1-2 Carlos Caballero. 2-2 Raúl García. 2-3 Germán. 3-3 Antonio López. 3-4 Lolo. 4-4 Agüero. 4-5 Reyes. 5-5 Cifuentes. 5-6 Camacho. Fallaron Jurado, Velasco y Tiri.

Incidencias: Partido correspondiente a la LVI edición del Trofeo Carranza jugado en el estadio Ramón de Carranza ante unos 6.000 espectadores.

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