Chico está madurando fuera de su tierra. Y ya le pega a las palabras igual de bien que al balón. Abandonó Cádiz después de un periplo en el Portuense para recalar en el Barcelona B dirigido por Guardiola. Allí se convirtió pronto en el ojito derecho del artífice del histórico triplete del conjunto azulgrana esta temporada. Cuando se hacían quinielas para adivinar si el catalán contaría con él en el primer equipo, apareció Alberto Benito para llevárselo al Almería. "Nuestro objetivo principal era la permanencia, somos un equipo humilde en la elite del fútbol, y lo hemos logrado. A título personal estoy más que satisfecho: debuté nada más llegar y he jugado muchos partidos, no puedo quejarme", resumía ayer.

Chico está de enhorabuena. Su equipo se ganó jugar una temporada más en Primera, su Cádiz ha ascendido a Segunda y, como guinda al pastel del éxito, ha recibido la llamada de Juan Ramón López Caro para disputar el Campeonato de Europa de Suecia con la selección sub'21. "Antes que nada soy cadista, y me he alegrado tela del ascenso. He estado pendiente de todos los partidos, como ya hice cuando estaba en el Barcelona. Pero la llamada de López Caro ha sido un premio, lo mejor que me ha pasado en mi carrera. Ya he jugado varias veces con la sub'21, pero disputar un Europeo... es un sueño hecho realidad", aseguraba muy despierto.

De haberse quedado en el Barcelona, a lo mejor hubiera subido al primer equipo y hoy en día estaría vacilando de triplete. Un gaditano con un triplete. Chico no lamenta nada y celebra todo. "Si sigo en el Barcelona, igual no hubiera jugado tantos partidos y no me habrían llamado de la selección sub'21", concluyó optimista.