"Tienes 24 años, ya ganaste un dinero interesante, ¿no es hora de irse de casa?". Rafael Nadal abrió los ojos. La pregunta, cosa que cada vez sucede menos, lo había descolocado. "No, no, no...", dijo el número uno del tenis mundial a su entrevistador. De hecho, señaló, una de sus preocupaciones pasa por ordenar bien su habitación para complacer a su madre, que pierde los nervios cuando ve el desorden en el que se mueve el tenista en la casa que comparten en Mallorca.

"En eso aún tengo que mejorar", le confesó Nadal a su entrevistador en ABC Nightline, un programa de la televisión local que le dedicó casi diez minutos en horario central bajo un titular bien del gusto norteamericano: "Bajo los increíbles pectorales de Rafael Nadal late el corazón de un softie (sensible)".

Ése es, en cierta forma, el nuevo Nadal, que con el video Gipsy que grabó con Shakira dio, en términos de imagen y negocios en el mercado extratenístico, más pasos que con mil raquetazos a las líneas. Nadal es, definitivamente, sexy para el muy atractivo mercado estadounidense. Una gran noticia para quienes se ocupan de sus negocios. "Fue una idea de Shakira, se le ocurrió en diciembre del año pasado", explicó Benito Pérez Barbadillo, portavoz del jugador. "Pocas semanas después grabamos las imágenes en Barcelona". Idea de Shakira, o algo más, Gipsy representa, en el aspecto extratenístico del universo nadaliano, todo un título de Grand Slam.

Lo que no quita que Nadal siga siendo un educadísimo muchacho apasionado por el tenis y el deporte en general, por los videojuegos, la pesca, la comida y dormir. Pero el tiempo pasa para todos, también para él. Si hace cuatro temporadas asombró vistiendo ajustadas camisetas sin mangas, en una musculosa explosión de juventud, a los 24 años su imagen está virando hacia la de un adulto. Se acabaron las camisetas sin mangas. Dependiendo del torneo que juegue, Nadal viste camisetas con cuello, estilo polo, o ajustadas con cuello redondo, como hizo en Madrid al derrotar a Roger Federer en la final. En el Abierto de EEUU estrenó el martes un atuendo completamente negro, muy nocturno y neoyorquino.

Cinco años atrás, cuando todo era nuevo y el mundo del tenis se le abría ante sus ojos de adolescente, Nadal hablaba abierta y sinceramente de todo. Hoy sigue hablando, pero ya no es tan sencillo saber lo que realmente pasa por su mente. En 2005 Nadal comenzaba a ser una estrella, en tanto que hoy ya es la estrella del tenis mundial. En aquel amanecer de una carrera que superó todas las expectativas, los ojos de Nadal se abrían como platos. Había tanto que comentar, tanto para opinar, tanto para bromear... Hoy es diferente. Es vital lo que Nadal diga y cómo lo diga, porque sus apariciones públicas influyen en los negocios paralelos que toda gran figura del deporte tiene. Y esa imagen está cada vez vez mejor controlada por Pérez Barbadillo, que en determinados momentos de los últimos años logró pasteurizar al extremo las ruedas de prensa de Nadal hasta lograr que dijera poco y nada. Quizás también sea cierto que los periodistas ya no saben qué pregunta novedosa plantearle, y que Nadal lleva a sus espaldas centenares de ruedas de prensa, ya que está obligado a hacer una tras cada partido. Es probable que esté aburrido de escuchar una y mil veces las mismas preguntas.

Así, el personaje Nadal debe ser descubierto en los detalles, en sus apariciones en situaciones extradeportivas, en sus respuestas a preguntas que lo sorprendan. Más adulto y seguro, aliviado y feliz tras un 2009 que fue complicado, Nadal parece insinuar en sus contactos con la prensa que tiene ganas de volver a contar cosas que se salgan de las frases estándar tan habituales en el negocio del deporte.

Nuevo accionista del Mallorca -"ha sido un comienzo ilusionante", dijo sobre el debut en la Liga- hay un personaje que Nadal no se cansa de analizar y elogiar: Roger Federer. "No es que crea que siga siendo el mejor. ¡Es que es el mejor!", le dijo a ABC. Eso sí, todo tiene un límite. Nadal asegura no haber visto el aviso de Gillette en el que Federer, con un potente saque, golpea de lleno una lata situada en la cabeza de una persona sin causarle ni un rasguño. "Ya sabes que las televisiones hacen muchas cosas hoy...", dijo. "Yo si fuera el chico ese, no me pondría... Pero Federer es un fenómeno, ya sabes. A lo mejor es real".