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Tenis l Wimbledon

El reinado del hombre récord

  • Federer, número uno del mundo desde hoy, amplía su leyenda al alcanzar su sexto título en Londres y el 15º de 'Grand Slam'

Roger Federer reescribió la historia del tenis al convertirse en el único jugador en ganar 15 títulos de Grand Slam, después de derrotar en la final de Wimbledon a Andy Roddick por 5-7, 7-6 (8-6), 7-6 (7-5), 3-6 y 16-14. A las 18:27, y tras 4:18 horas, el suizo, de 27 años, se convertía en el jugador más exitoso en los cuatro grandes al ganar por sexta vez sobre la hierba de Londres, con un triunfo que le permitía, además, recuperar el número uno del ránking mundial que le había arrebatado Rafa Nadal.

Con dos aces y dos saques ganadores se apuntaba Roddick el primer juego del partido. Una señal inequívoca de lo que iba a ser el encuentro del estadounidense, con el servicio bien armado durante todo el torneo. Ayer no fue una excepción, aunque tampoco sufría el helvético. Pero ambos jugadores tienen algo más que un buen servicio. Acertadas subidas a la red, buen juego de fondo, letales passings. Un equilibrio absoluto. Roddick no era un mero invitado a la cita con la historia de Federer. Conforme se acercó el final del set, el suizo presionó el saque de su rival. Con 5-5 dispuso de los primeros puntos break, hasta cuatro, todos salvados por Roddick con ayuda de servicios a 220 kilómetros por hora.

El americano sobrevivió con su saque y con 6-5 aprovechó su oportunidad de rotura para llevarse el parcial. La fiesta de Federer, amenazada. Roddick, inabordable en el saque, llevó la segunda manga hasta el tie break. Con 6-2 y cuatro puntos de break, tuvo a Federer caído, entre las cuerdas, sangrando. Pero con una mala volea alta de revés desperdició el último set point y el suizo se levantó para ganar el set. En cinco minutos, Federer había pasado de estar al borde del precipicio a respirar relajado. Por eso lo festejó con un grito de ánimo, un "come on!" (¡vamos!). La tercera manga discurrió por los mismo cauces: una sucesión de juegos hasta la muerte súbita decisiva. El número uno del mundo, el rey del desempate, lo volvió a ganar, más cómodamente que antes. Un set lo separaba de la gloria ya. Pero Roddick no estaba dispuesto a ponerse a aplaudir. Rompió el saque de su rival para ponerse 3-1 arriba en el cuarto. La ventaja fue suficiente para que el norteamericano, con un saque ganador y el puño en alto, llevase la final al quinto set, donde ya no habría tie break.

Federer había sido incapaz de quebrar el saque de Roddick en todo el partido. Debería hacerlo al menos una vez si quería ganar su decimoquinto torneo del Grand Slam y el partido se convirtió en una guerra de nervios. No sólo Federer estaba ante el partido de su vida. También Roddick, que podía pasar a la historia si vencía su segundo grande.

Con 8-8 Federer cedió dos puntos de break. Se asomó a la cornisa, pero el estadounidense no lo empujó. Los aces, 50, mantenían al suizo en el choque. Y con 15-14 llegó su oportunidad de rotura, de llevarse el partido, otro título, el 15 del Grand Slam. Un error no forzado de Roddick le dio la gloria a Federer.

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