Reportaje Gaditanos en el mundo del fútbol

Una promesa renace en Austria

  • Carlos Martínez, el ex cadista que siendo juvenil debutó con el primer equipo amarillo la pasada campaña en Castellón, abre la puerta de Europa Central en busca de hacerse futbolista en las filas del Vöcklabruck

A Carlos Martínez le resultaba imposible pensar hace algunos meses que su carrera como futbolista iba a estar encaminada a pasar por Austria. En la tierra de María Antonieta, Joseph Haydn, Adolf Hitler, Arnold Schwarzenegger o los músicos de la familia Trapp, este gaditano de sólo 19 años prueba suerte en las filas del desconocido FC Vöcklabruck, donde ha recalado con la intención de quemar una nueva etapa que potencie su nombre futbolístico y relance su prometedora carrera.

Carlos Martínez Aibar, Carlitos Martínez de Cortadura hacia adentro, es muy recordado en el Cádiz Club de Fútbol por haber sido en los últimos años uno de los pocos jugadores que fue capaz de debutar en el primer equipo siendo juvenil y sin haber pasado por el Cádiz B. Su meteórica trayectoria en las escalas inferiores y las decisiones inesperadas del fallido proyecto de Mariano García Remón, le abrieron un día las puertas del equipo profesional para viajar a Castellón. Una lesión de última hora de Gastón Casas hizo el resto.

En Castalia y bajo un ambiente muy adverso a los intereses del Cádiz, Carlos Martínez gozó de 13 minutos de gloria cuando García Remón lo rescató de la banda en la que calentaba para hacerle ver que tenía la posibilidad de convertirse en alguien dando un vuelco a la situación -el equipo amarillo ya perdía dos a cero-, lo que más bien era un gran marrón para la joven promesa gaditana en mitad de un equipo que por entonces, 30 de septiembre de 2007, empezaba a romperse.

Acabó la temporada más lamentable y cruel que se recuerda por culpa del descenso en el último segundo del último partido, y Carlos Martínez dio por concluida su etapa como cadista. Por su cabeza no había lugar a estar en el filial de un conjunto de Segunda División B, en el que la puerta para las promesas se abre muy de vez en cuando y bajo unas condiciones económicas que tampoco entusiasman. Fue entonces cuando su agente, Javier Marraco, le hizo ver que hay fútbol más allá del Puente Carranza y le brindó la posibilidad de seguir su crecimiento en Europa Central, en el FC Vöcklabruck austríaco.

La apuesta era sumamente atrevida por el hecho de acudir a una competición de las menos fuertes del continente y a un equipo de la segunda división, conocida en este país como ADEG Erste Liga. Pero Carlos Martínez explica qué persigue con este cambio tan brusco. "Firmé en el Vöcklabruck porque necesito aprender cosas nuevas. Practico y veo mucho fútbol, y me he dado cuenta de que no sólo hace falta calidad. El éxito llega con una buena mezcla de clase, físico y agresividad. Son conceptos que se pueden aprender en un fútbol como el austríaco".

Es un caso atípico en un país en el que la presencia española se delimita a estudiantes y empresarios dispuestos a expandirse en nuevos mercados. Lo de Carlos es por seguir la estela esférica de un balón. Y lo vive a tope. En las horas centrales del día, cuando el frío continental no castiga tanto, sólo respira fútbol. "Estoy aquí para aprender. Por eso entreno al cien por cien todos los días", matiza.

Este gaditano que todavía saborea haber alcanzado la mayoría de edad se adapta a una ciudad, Vöcklabruck, pequeña y tranquila, "como Cádiz" -apostilla-, en la que le choca vivir dentro de una cultura muy diferente a lo que esta acostumbrado y donde, al margen de la barrera del idioma, "la gente transmite poco". Pero en el Voralpenstadion, el Carranza pequeñito de Vöcklabruck, no hay costumbres ni idiomas. "Los aplausos y el fervor de la gente son como en todas partes. Noto como me animan si soy yo el que lleva el balón". Lógico. Carlos es el único español en la segunda categoría austríaca.

En su complejo proceso de adaptación, aún le pesa no disponer del permiso de conducción. "Por eso vivo cerca del estadio y de un gran supermercado", aclara. Su debut se hizo de rogar debido a la tardanza del tránsfer y no haber realizado la pretemporada. De ahí a que se fije la segunda parte de la Liga, tras el parón invernal, "para demostrar que soy futbolista". Carlos Martínez quiere ayudar a su club, que tiene nueve años de historia, a estar cada vez más cerca de la máxima categoría, el objetivo a medio plazo.

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