Ciclismo

Sin presunción de inocencia

  • El equipo ciclista español está sometido a una vigilancia constante por parte de los organismos contra el dopaje · Han pasado tres controles en cuatro días

El ciclismo español vive acosado por la sospecha los días previos a su gran cita con los Juegos Olímpicos de Pekín, después de que sus principales corredores hayan pasado tres controles antidopaje en cuatro días.

"No queremos quejarnos, porque puede afectar en la delegación y somos un equipo", dijo el director técnico, Mikel Zabala. "Pero esto les puede influir en el rendimiento", afirmó.

Alejandro Valverde, Óscar Freire, Samuel Sánchez y Carlos Sastre pasaron ya tres controles de sangre y orina cada uno desde su llegada el lunes a Pekín.

El quinto componente del equipo, Alberto Contador, que aterrizó en la capital china dos días después, pasó dos controles en menos de 24 horas.

Los controladores de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) visitaron ya el martes a los cuatro primeros, lo que les impidió almorzar a la hora planificada. "La comida se les juntó con la cena", se quejó Zabala. "Al día siguiente, cuando estaban duchándose tras el entrenamiento, volvieron a pasar y decidieron hacer otro. Me dijeron que no sabían que los habían controlado el día anterior. Y yo, pues bueno, me lo tengo que creer".

El jueves, recién llegado de España, fue el turno para Contador. A pesar del control, el campeón del Giro de Italia y del Tour de Francia tuvo que someterse junto a sus compañeros y el resto de los participantes en la carrera en ruta de Pekín, a otro nuevo control ayer por la mañana, esta vez solicitado por la Unión Ciclista Internacional (UCI).

"Lo tenemos asumido y lo hacemos incluso con una sonrisa", dijo Zabala. "Pero al final los ciclistas no comen, o comen mal o tienen que madrugar. Y son tres veces las que les han sacado sangre".

Desde que se destapó la red de dopaje en torno a Eufemiano Fuentes, el ciclismo español está bajo la lupa. La UCI reclama más rigor en la lucha antidopaje por parte de las autoridades españolas, a las que acusa de laxitud.

"Tampoco es un accidente que varios de los corredores que dieron positivo en el Tour de Francia fueran españoles", dijo el presidente de la UCI, Pat McQuaid. "Sencillamente creo que los españoles son más lentos en darse cuenta de que los días del doping en el ciclismo terminaron".

La Agencia Francesa para la lucha contra el dopaje anunció el jueves que se detectó un quinto caso positivo en el Tour, por consumo de corticoides, aunque aún se desconoce el nombre del ciclista implicado.

"El tema del dopaje está completamente normal en nuestro equipo", aseguró el técnico. "No hay constancia de que ningún control a ciclistas españoles haya sido anormal. Y todos participarán mañana en la carrera".

El presidente del Comité Olímpico Internacional, Jacques Rogge, prefirió quitarle hierro al asunto y tranquilizó el jueves a un periodista español que le preguntó si se sospechaba del equipo de ciclismo de su país.

"No creo que tenga que pensar en términos de sospecha. Hay ya otros atletas que pasaron dos o tres controles", aseguró Rogge, que confesó su "odio" por el dopaje. "Seguirá existiendo, pero nuestro deber es reducirlo al menor nivel posible".

La Agencia Mundial Antidopaje asegura que ese es también su objetivo, pero en el caso de la lluvia de controles que se ha realizado al ciclismo español prefiere la reserva. "La AMA no comenta los detalles de sus estrategias", aseguró su portavoz, Frederic Donze.

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