El mes primaveral por excelencia acoge hoy uno de los cinco partidos que le esperan al Cádiz en un mayo que se presenta decisivo para el futuro del conjunto amarillo. El encuentro llega en un buen momento para los gaditanos, que tienen a tiro los puestos de salvación tras un largo peregrinaje por el alcantarillado de la clasificación, en el que todavía permanecen pero a menor distancia que hace un mes cuando deambulaba en las catacumbas a cinco puntos de la luz. Ahora sólo está a uno y con la moral por las nubes.

El equipo de Víctor Espárrago tiene hoy la oportunidad de abandonar ese incómodo habitáculo del descenso si es capaz de ganar en Balaídos, una tarea que se presenta tan complicada como posible. El optimismo se ha instalado en la familia cadista a la vez que ha cundido el pesimismo en el entorno del Celta de Vigo, un equipo sumido en una peligrosa caída libre de la que el Cádiz quiere aprovecharse. El nerviosismo se ha apoderado de los gallegos, que se toman el duelo de hoy como una final después de verse sólo tres puntos por encima de los amarillos y, por ende, del descenso.

El refrán a río revuelto, ganancia de pescadores se ajusta como anillo al dedo como prólogo de un encuentro entre dos escuadras en apuros. La bronca que dedicó el meta canterano Yoel a su compañero Trashorras sobre el césped del campo del Villarreal B (donde los vigueses perdieron por la mínima en los últimos instantes), la irrupción de los celtarras en el entrenamiento de equipo gallego para protestar por la situación del equipo, las bajas por lesión y el continuo runrun sobre la posible destitución de Eusebio Sacristán al frente del banquillo han enrarecido el ambiente en el Celta, que siente el aliento en el cogote de los equipos que empujan por huir del infierno, entre los que está un Cádiz al alza que es consciente de que el duelo que hoy le espera en Balaídos es una gran oportunidad para dar un golpe de efecto y dejar herido de muerte a un rival directo. La victoria gaditana supondría igualar al Celta en la tabla (40 puntos), al que rebasaría por un mejor goal average (3-1 en la ida en Carranza).

El conjunto amarillo llega al partido de hoy con más confianza que nunca. El fructífero mes de abril (siete de doce puntos) ha permitido a los de Víctor Espárrago arañar puntos a sus rivales directos y debe ser ahora, en mayo, cuando abandonen los puestos de descenso para presentarse en los tres choques de junio con algo más de tranquilidad.

Espárrago se ha encontrado con el contratiempo de no poder contar con Mariano Toedtli, uno de los fijos en sus alineaciones. El delantero argentino no ha viajado al no haberse recuperado de sus molestias en la espalda. Tampoco ha entrado en la convocatoria Diego Tristán, en este caso por motivos técnicos. Jon Erice y Nano regresan a la lista en lugar de los dos atacantes ausentes, aunque en principio parten con escasas posibilidades de formar parte del once titular. Todo apunta a que el entrenador uruguayo optará por repetir la alineación que comenzó el partido ante el Girona, con la novedad de la presencia de Jonhatan Ramis en lugar de Toedtli. El joven punta uruguayo puede disfrutar de nuevo de la titularidad después de haber sido suplente e incluso desaparecer de las listas en las últimas semanas. Si el técnico del Cádiz se decanta por ese mismo once mantendrá su apuesta ofensiva mostrada en los dos últimos partidos en casa frente a Villarreal B (0-0) y Girona (2-0).

Dani Miguélez defenderá la portería del equipo amarillo por tercera semana consecutiva y tendrá delante suya en defensa a Cristian y Cifuentes en los laterales y a la ya habitual pareja de centrales formada por De la Cuesta Dani y Fragoso. Fleurquin, en labores de destrucción, y Abraham, como creador, llevarán la manija en el centro del campo, con el sempiterno Enrique en la banda derecha y Carlos Caballero escorado a la izquierda. Arriba, Ogbeche y Ramis serán los baluartes ofensivos del Cádiz.

Los dos atacantes se han mostrado ambiciosos durante la semana en sus respectivas comparecencias ante la prensa y están convencidos de poder ayudar al equipo con sus goles.