Contreras se une al bloque de optimistas que mantiene vivo el sueño del Cádiz, a pesar de que el ascenso se encuentre ya a diez puntos de distancia. El portero del Cádiz se aferra a las matemáticas pensando en el día a día, manteniendo la ambición con la que el pasado verano llegó al conjunto amarillo. Cree que es el momento de apretar los dientes y pensar en que todavía es posible, que hay tiempo y que no es favorable centrarse en otros aspectos que rodean al equipo. Su experiencia se presenta ahora con un optimismo que necesita de resultados para seguir vigente.

El guardameta ex bético analiza la situación cadista bajo el siguiente punto de vista. "Estamos en una fase en la que nos subimos al carro o nos desfondamos. No tenemos que ser egoístas y debemos pensar en ganar y salir adelante", agregó sobre los intereses que puedan existir en aquellos jugadores cuyo futuro no está claro en la entidad.

Contreras piensa que no son unos pocos en el vestuario los que creen todavía posible meter la cabeza en la zona alta. "Todos tenemos el pensamiento más ambicioso posible, pero no es el momento de hablar de decepción porque estamos a tiempo de engancharnos. Hablar de fracaso hay que hacerlo al final de temporada, ya que ahora no hay que distraerse en otras cuestiones", aseveró el portero.

No obstante, lamenta que sean ya muchas las jornadas en las que no se ha logrado la victoria pese a tener muchos factores de cara. "Hay bastantes equipos que se nos han ido con puntos en nuestro estadio. Nosotros tenemos que pensar en ganar", dijo antes de zanjar la polémica por las declaraciones de esta semana afirmando que "cada uno tiene que estar en su sitio porque creo que no son buenos los debates".

En su afán por entender como lógica la situación para un equipo que todavía aspira al ascenso, Contreras insistió en su mentalidad ganadora. "Firmé por un equipo que tenía el objetivo del ascenso. Es un reto personal. Para nada estoy arrepentido, aunque prefiero ir mirando partido a partido, es la realidad. Quizá el ascenso se ha convertido en una obsesión y eso ha sido una presión extra", sentenció.

Para acabar, dijo tener "olvidadas" las molestias en la espalda y que las condiciones de Ipurúa "no debe variar nuestra personalidad".