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A la octava llega el triunfo

  • El Puerto Real, con un planteamiento inteligente, se impone al Chiclana

A la octava llegó la vencida. Un desconocido y desconcertante Puerto Real se impuso al Chiclana CF en un complicado e importantísimo partido para ambas escuadras. Como ya anunció el propio Queco en la previa del partido, el trabajo realizado en la defensa a lo largo de la semana dio sus frutos frente al conjunto chiclanero, ayer con la equipación roja íntegra. Los verdiblancos se olvidaron del juego que venían practicando para cerrar las líneas atrás y defender con todos los jugadores.

Su técnico nunca suele mirar al rival a la hora de preparar los duelos, pero la primera victoria se antojaba ya necesaria e hizo una excepción con el Chiclana. Sabía que en un campo pequeño como el de Río San Pedro, aunque cedieran el dominio del balón, los de Moisés Arteaga no iban a poder jugar en largo como están acostumbrados y así encontró el talón de Aquiles de los visitantes.

El primer tanto llegó tras un penalti dudoso a Javi Catalán, que bien podría haber sido juego peligroso, pero con la cantidad de errores que tuvo el colegiado ayer cualquier cosa podría haber pasado. José Mari fue el encargado de materializar la pena máxima en el minuto 13, con un perfecto lanzamiento hacia la izquierda que Gallego no pudo detener aunque adivinó la trayectoria del esférico. Con el marcador a favor, el Puerto Real se metió en su campo, donde discurriría el resto de la primera parte. El Chiclana buscó con intensidad el empate y lo mereció en los minutos restantes hasta el descanso, tras una lluvia de ocasiones de Juande, Cisco y Nene que no llegaron a cuajar. En el 38 llegó la primera jugada de combinación por parte de los locales, que finalizó con un pase de Juanlu que Javi Muñoz no llegó a atajar porque se le adelantó el meta rival.

Tras el paso por vestuarios, los de Queco saltaron con más confianza si cabe al terreno de juego y estiraron más el centro del campo, lo que propició que dominaran el balón, llegando a portería y con ocasiones más claras. El propio Arteaga reconoció tras el partido que su equipo "no llegó a encontrarse en ningún momento en el césped", aún sabiendo que el campo iba a ser su punto débil. Cisco lo intentó en un par de ocasiones desde la frontal del área pero Ismael estuvo muy acertado en la portería. La guinda verdiblanca llegó en el 84, cuando Jordi cabeceó de forma excelente un centro al segundo palo que le dió la victoria a su equipo.

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