Jorge Parodi Hernández, árbitro nacional por la provincia de Cádiz y responsable del Comité Técnico de Árbitros de la Delegación gaditana de la Federación Andaluza de Balonmano, afronta la cuenta atrás del inicio de temporada con la serenidad de un joven aunque veterano en estas lides y la ilusión de volver a la categoría nacional para compatibilizar su pasión en la pista al más alto nivel con su labor técnica en los despachos.

-¿El árbitro nace o se hace?

-Yo era jugador y me hice colegiado tras abandonar el deporte activo por una grave lesión. Para mí fue una forma de continuar vinculado a mi deporte, pero para arbitrar debes ser valiente y tener la cabeza bien amueblada y las ideas claras.

-Porque imagino que el atractivo económico es secundario.

-Aquí nadie se hace de oro. Con los mismos derechos y pago en kilómetros desde hace más de siete años, la parte económica es anecdótica. Además, desde el Comité siempre he intentado que no sea excesivo el gasto para los clubes.

-Y encima siempre expuesto a la crítica de jugadores, afición...

-Los que critican no saben de qué hablan. Me gustaría verlos arbitrando partidos con un pabellón a reventar y tomando decisiones cada segundo en base a un reglamento que, por cierto, muchos parecen no haber leído. Sacamos tiempo de nuestro trabajo, estudios y familia para aportar nuestro granito de arena en favor del balonmano. Somos imparciales y si algunos se pararan alguna vez a conocernos y hablar en vez de imponer sus ideas, aprenderían mucho.

-¿Cambiaría, suprimiría o añadiría algo en el reglamento?

-Tras la revisión de 2010, las reglas del juego recogen perfectamente el concepto del balonmano y cómo queremos que sea este deporte. En todo caso, introduciría un apartado sobre las funciones del delegado de pista.

-De pista o de playa, ¿no?

-Sí, claro, aunque en realidad para nosotros la gran diferencia es que la playa exige aún más concentración porque las acciones se desarrollan a más velocidad.

-El mejor y el peor momento de su trayectoria como árbitro es....

-Un doble enfrentamiento internacional España-Portugal de promesas femenino y el descenso de la categoría nacional.