Las montañas rusas suben y bajan, en ellas puedes pasar en unos segundos de la cima al suelo, y viceversa, al igual que las expectativas de los parisinos con Unai Emery, de nuevo criticado por la última derrota liguera que lo aleja del título liguero.

Después del revés el domingo ante el Niza (3-1), que deja al Paris Saint Germain (PSG) a tres puntos, y con un partido más, del líder Mónaco, la prensa francesa vaticinaba ayer un verano "caliente" entre salidas y entradas de jugadores y cambios en el cuerpo técnico. Los movimientos pueden salpicar a Emery, a quien ya sitúan en la Roma a pesar de tener contrato en el PSG hasta 2018.

L'Équipe publicaba en portada que la gerencia qatarí busca una renovación en el club, con un nuevo director deportivo que reemplazaría a Patrick Kluivert, y con fichajes de relumbrón, como el del actual jugador del Arsenal Alexis Sánchez.

Según el periódico Le Parisien, algunos hinchas interrogados ven necesario hacer cambios y quieren fuera al portero Trapp, al veterano Motta y al propio Emery.

La montaña rusa de Emery arrancó el 28 de junio de 2016, cuando el técnico de 44 años firmaba un contrato de dos años por el Paris Saint Germain, uno de los clubes más ricos del mundo con estrellas como Cavani, Di María o Marquinhos. A pesar de su exitoso estreno como entrenador parisino, con victoria ante el Lyon en la Supercopa de Francia (4-1), pronto se desencadenaron las dudas.

Con dos derrotas en las siete primeras jornadas de la Ligue 1, muchos medios y seguidores parisinos se comenzaban a preguntar si la sustitución de Laurent Blanc había sido necesaria.

Tras 18 jornadas de la Liga francesa, el equipo de Emery ocupaba la tercera posición de un campeonato que llevaba ganando cuatro años seguidos a las órdenes de Blanc.

Además, en la jornada 18ª el PSG ya contaba con más derrotas (cuatro) que en toda la edición anterior del campeonato (tres).

En este tramo final, cuando los errores se pagan muy caros, el equipo de Emery cayó este domingo derrotado 3-1 frente al Niza. A falta de tres jornadas para el final de la liga, el club parisino se encuentra en segunda posición (80 puntos), con un partido más y tres puntos menos que el Mónaco, el único club francés en las semifinales de la Liga de Campeones.

Y es precisamente en la Champions donde la montaña rusa de Emery fue más pronunciada.

El técnico español venía de hacer lo que nadie había hecho: ganar tres ediciones de la Liga Europa con el Sevilla de manera consecutiva. Y era por Europa por lo que el presidente qatarí Nasser Al-Khelaïfi lo había fichado.

El 14 de febrero el PSG se anotaba en París un arrollador 4-0 en la ida de los octavos de final frente al todopoderoso Barça. Tres semanas después, Emery se hundía en la que seguramente ha sido la más dura y humillante derrota sufrida por el equipo parisino. Encajó un 6-1 en el Camp Nou, con tres goles en los últimos ocho minutos, y pasó a la historia por una de las peores razones. Nunca un equipo en Champions se había dejado remontar un 4-0.

Para contentar al presidente del club, a los aficionados y a él mismo, a Emery solo le quedaban las dos copas francesas, la de la liga y la de Francia.

En cuanto a la primera, el PSG ganaba el 1 de abril 4-1 contra el Mónaco, siendo el séptimo trofeo de este certamen para los parisinos y haciendo posible alejar la pesadilla del Camp Nou. En cuanto a la segunda -de más pedigrí que la Copa de la Liga-, el 27 de mayo Emery podría sumar frente al Angers su tercer título del curso.