El Valencia acudió al partido de ida de los dieciseisavos de final de la Copa de la UEFA para enfrentarse al Dinamo de Kiev con la intención de reencontrarse a sí mismo y tan sólo pudo sacar un empate a un gol, a pesar de que jugó con superioridad numérica los últimos 25 minutos de partido.

El encuentro se jugó bajo la nieve, en un ambiente muy gélido y ante un Dinamo de Kiev que plantó cara en todo momento y que tuvo las mejores ocasiones de gol hasta que se quedó con uno menos. El Valencia repitió errores del pasado y no mostró mejoría en el aspecto defensivo.

La buena noticia es que el conjunto de Emery continúa invicto después de siete partidos en Europa esta temporada, y se jugará el pase a octavos el próximo jueves en Mestalla con la ventaja del 1-1 logrado ayer.

El Valencia tan sólo tiró una vez a puerta en la primera mitad, pero fue suficiente para marcharse al descanso con 0-1 a favor.

El gol local, cómo no, llegó en una jugada a balón parado. El rumano Cernat sacó una falta y, tras rebotar el balón en dos de sus compañeros, se coló en la portería valencianista tocado ligeramente por Albiol.

Unai Emery reaccionó rápidamente cuando pronto se vio con superioridad numérica y retiró del campo a un masacrado Silva para dar entrada a Villa, con la intención de aportar frescura al ataque, pero el conjunto local no acusó esa inferioridad.