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Otra marcha atrás de los isleños

  • El San Fernando vuelve a caer derrotado delante de sus aficionados en el primer partido del año en Bahía Sur, con el equipo granadino tirando sólo dos veces a puerta y Lucena logrando el único tanto

Cuesta abajo. Eso está siendo para el Club Deportivo San Fernando el mes de enero, una cuesta abajo donde los isleños tendrán que poner un freno urgente si no quieren que al final se termine estrellado. Los de Iriondo volvieron a dar una marcha atrás ayer en su casa, ante sus aficionados, en su feudo y eso, lógicamente, desesperó a la afición azulina que despidió al equipo con una sonora bronca después de lo visto.

Y visto lo visto, lo cierto es que el resultado final que campeó en el Municipal de Bahía Sur fue injusto. Braojos describía perfectamente lo ocurrido al analizar el choque en la rueda de prensa. Pudo ganar cualquiera y, por ende, pudo perder cualquiera, pero la victoria se decantó del lado visitante, quizás porque fue el único, al fin y al cabo, que logró anotar un gol. Los isleños lo intentaron pero, como siempre, se quedaron en un quiero y no puedo.

Y eso que el partido comenzó ciertamente dormido y sin apenas ocasiones de gol.

Ambos equipos vivían lejos del marco contrario. Iriondo sorprendió al dejar a Puli en el banquillo y colocar un doble pivote defensivo en el centro del campo formado por Casabella y Fernando Porto que, junto a Canito; Marco e Iván Guerrero poblaban una zona ancha donde Braojos también colocó a cinco efectivos.

Con ello y un número excesivo de jugadores en la parcela, lo cierto que lo fácil era destruir y, lo complicado, construir y eso se tradujo en nulas ocasiones de gol.

Tanto es así que hasta el minuto 26 de encuentro no encontramos la primera ocasión de peligro, precisamente en un rotura en velocidad de Canito que cedió a Javi Casares cuya tarde, y como muestra un botón, no sería la del goleador jerezano y su primer remate se fue muy flojo a las manos de José Antonio.

Diez minutos después llegó la respuesta del equipo granadino en un remate de Óscar Martínez sin más peligro que un pequeño susto.

La primera mitad no daba más de sí y todo hacía prever que con la igualdad, una justa igualdad, se llegaría al descanso, pero no fue así. Un córner sin aparente peligro, terminó en un remate de Lucena que dejó helado el Municipal de Bahía Sur. Los de Granada habían tenido un cincuenta por ciento de efectividad, habían disparado dos veces y anotado una.

Los isleños, a los que les cuesta un mundo completo el poder remontar, abandonaban el campo hasta el vestuario con la firme predisposición de lograr remontar.

Pero no fue así y, en contra de que los isleños tomaran el mando del choque, fueron los granadinos los que supieron leer el encuentro con el marcador a su favor. Los de la capital del reino se atrincheraron en su campo y buscaron la contra y, a bien es cierto, durante los primeros veinte minutos de juego de la segunda mitad, parecía mucho más cercano el cero a dos que la igualada por parte azulina.

La clave del partido, si éste hubiese cambiado de rumbo, estuvo en el minuto 68 de juego. Un balón en profundidad sobre Iván Guerrero termina con el tropiezo del mismo ante la salida del cancerbero granadino.

El colegiado se sacaría de la manga un penalti que le daba toda la vida del mundo a los isleños que, de paso, veían como sus rivales se quedaban con diez efectivos. Puli, con plena confianza, erraba sorprendentemente la pena máxima y el gozo isleño quedó en un pozo.

A partir de ese momento, los isleños dominaron el encuentro, tuvieron mucha más el cuero, pero les faltó varias cosas, profundidad, fuerza y acierto.

Los de Iriondo se desinflaban en busca de la igualada y la más clara oportunidad se quedaba en las botas de Javi Casares que, en solitario, no terminaba de sentenciar a Félix Campos, por aquellos entonces inquilino de la portería franjirroja.

Hasta el final, orden de los granadino, desesperación de los isleños y celebración por todo lo alto del equipo visitante al finalizar el choque. La complicada situación económica que padecen los de Braojos se dejaron de notar al finalizar el choque.

Los isleños, por su parte, ya necesitan poner freno a la cuesta de enero esa que está trayendo por la calle de la amargura a los de Antonio Iriondo que ven como se han acabado la ventaja necesaria para no pasar apuros y se encarama en los puestos complicados de la clasificación.

Los de San Fernando necesitan con imperiosidad urgencia una victoria que vuelvan a poner las cosas en su sitio, se calmen los ánimos y se solucionen los problemas económicos para centrarse solamente en lo deportivo.

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