La lluvia se erigió en la única protagonista de la tercera jornada del torneo de Roland Garros, segundo grande de la temporada, porque apenas permitió unas horas de juego sobre la arcilla parisina y la conclusión de 13 partidos entre ambos cuadros.

De hecho, el líquido elemento sólo permitió al campeón de las tres últimas ediciones, el español Rafael Nadal, jugar siete minutos de su partido de primera ronda ante el brasileño Thomaz Bellucci. Siete minutos y dos juegos, uno para cada tenista, pero que sirvieron para comprobar las buenas maneras del joven carioca, número 76 de la ATP pero valiente y agresivo para plantar batalla al manacorí al menos de inicio.

Antes de que la jornada, que sufrió un retraso en su comienzo y dos parones a lo largo del día, finalizase por culpa de la lluvia, tres españoles se encontraban sobre la pista, con suerte desigual.

De un lado, David Marrero jugaba al resto para concluir su encuentro ante el rumano Victor Crivoi, al que había ganado los dos primeros sets por un doble 6-3. Perdería el tercero por 7-5, pero aventajaba al rumano por 5-3 en el cuarto.

Peor era el escenario de Feliciano López, que caía ante el argentino Martín Vassallo, e incluso de Marc López, por detrás en el marcador ante Jarkko Nieminen. La única española que jugó y además consiguió su pase a la siguiente ronda fue Carla Suárez, procedente de la previa y que superó a la francesa Pauline Parmentier.