triatlón lCiudad de Chiclana

"Nos llamaban locos por hacer tres deportes"

  • La prueba, que abrió el camino a la disciplina en el país, cumple 25 años · Santi Cubillana rememora su victoria de 1987

La Loma de Sancti Petri será escenario mañana de la vigésimo quinta edición del triatlón Ciudad de Chiclana. La prueba, una de las pioneras del país y la que se ha disputado durante más ejercicios consecutivos, recupera la distancia olímpica para celebrar el cuarto de siglo. Casi 400 deportistas se batirán en un circuito de 1.500 metros de natación, 40 kilómetros de bicicleta y 10 kilómetros de carrera a pie. Todos buscarán la misma línea de meta en la que en 1987 un joven de 24 años vecino de la localidad, torso descubierto, fino como un canario y con el dorsal número 11 en la cintura, se proclamó vencedor.

"En aquella época nos llamaban locos por hacer tres deportes", sonríe Santi Cubillana, que se acerca hoy a los 50 pero conserva la misma cara que el chaval de la instantánea. El atleta aficionado tiene tantas competiciones en su mente que es difícil llevarle a septiembre del 87. Recuerda que nadó como un demonio en La Barrosa y que después se mantuvo en cabeza de la prueba que él mismo ayudó a organizar, y en la que participaron unos "90 o 100" triatletas llegados de otras provincias y regiones.

El triatlón era un deporte desconocido y apenas había pruebas en España. Pero Cubillana subraya que sí había deportistas que empezaban a "cruzar" disciplinas, los que hacían "un poco de todo", amigos de San Fernando, Chiclana y Cádiz que buscaban dónde competir. En 1986 se disputaron carreras en Motril, Santander y Guadalajara. Ya entonces, en la Base de Rota un matrimonio americano organizaba su carrera "informal" para 15 o 20 participantes de la provincia, dando la salida a gritos entre todos, con el circuito pintado en el suelo y más de un participante perdiéndose por el recinto militar.

Fue fácil convencer al entonces concejal de Deportes de Chiclana, Manuel Jiménez Barrios, para que trasladara una iniciativa similar a La Barrosa. Y así llegó el año del estreno, la génesis de 25 años de triatlón, un cuarto de siglo en el que este deporte ha sufrido una transformación excepcional, tal y como reflexiona Cubillana: "Para empezar, nos decían que estábamos chalados. Los entrenadores de ciclistas no les dejaban correr, decían que era incompatible. ¡Lo tenían prohibido! Y así pasaba con todo. No había el conocimiento que hay hoy, pero nosotros actuábamos un poco por sentido común, viendo que entrenando una disciplina mejorabas en las demás, y que nos lesionábamos menos".

En la línea de salida de La Barrosa de aquel 87 todo era menos sofisticado y profesional que ahora. Hubo corredores que durmieron en la playa. Unos utilizaron trajes de pesca submarina para nadar, nada que ver con los estilizados neoprenos de hoy. Otros triatletas usaban bañador y en las transiciones, que se realizaban en vallas de obra, lo cambiaban por el culotte mientras se comían un plátano.

Las bicicletas eran pesadas y desafiaban las leyes de la aerodinámica. Cubillana se confiesa afortunado porque El Motorista le cedió una Zeus con bielas de aluminio que no conseguía vender. "Era la que llevaban en el pelotón. Mi sueño desde niño. Aún la conservo", presume. Pero otros iban en máquinas bastante más duras. Algunos, con cascos de moto. Cada participante vivía su aventura, pero "todos se unían en un ambiente de compañerismo enorme", recuerda.

Cubillana, que participaba en pruebas nacionales, admite que lo que más le llama la atención del triatlón "moderno" es la preparación y calidad de los participantes. "Ahora es otra historia", repite. Él entrenaba en torno a nueve sesiones semanales y tardó en aprender que, para sus condiciones, necesitaba trabajar más la intensidad que el volumen. Copiaba rutinas de la revista Corricolari y aplicaba los esquemas del atletismo al ciclismo. Pero aún así sus marcas se distanciaban de las actuales. "Correr por debajo de cuatro minutos el kilómetro para mí era ir muy fuerte. Hoy veo a los chavales en tres treinta... Y lo mismo en las otras dos disciplinas... El nivel es tremendo".

Atletas como Merchán, Raña y Gómez Noya han dado una popularidad progresiva al triatlón pero Cubillana opina que su explosión se debe al "descubrimiento del multideporte y de sus ventajas". Él guarda mucho de aquel galgo campeón del 87 pero ahora está más centrado en la vela. Por eso mañana seguirá como espectador el triatlón más longevo del país.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios