Córdoba

"He jugado en muchos sitios, pero la afición de aquí es inmejorable"

  • Nadal destaca en su primera visita a Córdoba el "cariño" de los cordobeses y afirma que "algún día vendré con mi familia"

Rafael Nadal, el mejor tenista español de todos los tiempos, se fue ayer de Córdoba con ese nudo en la garganta tan propio de quien no quiere marcharse de un sitio. Al manacorí le ha ido "todo perfecto" aquí tanto en lo deportivo como en lo personal, como él mismo apuntó minutos antes de dejar el AC Córdoba Palacio, el hotel en el que ha estado hospedado desde que llegó. El viernes barrió de la pista de Los Califas a Gasquet para lograr el primer punto de España en la Copa Davis y su victoria frente a Tsonga se convirtió en el pasaporte para jugar la final. No le pasaron factura ni el jet lag de su viaje desde Nueva York, ni el cansancio ni la derrota que encajó en la final del Open de Estados Unidos frente a Novak Djokovic. Su mejor aliado en la semifinal fue la afición, a la que calificó como "la mejor", que lo llevó en volandas hacia su doble victoria. Fue más lejos a la hora de evaluar a los seguidores cordobeses y señaló que "he jugado en muchos sitios, pero la afición de aquí es inmejorable".

Ataviado con un polo azul marino y una bermuda blanca, el número dos del mundo regaló a todo el que se acercó una amplia sonrisa, un agradecimiento que quiso brindar a quienes tanto "cariño me han dado en estos días". Mientras tomaba un zumo de naranja a eso de las 11:30, el gran protagonista de la eliminatoria repasó su estancia en Córdoba. "Es la primera vez que vengo a esta ciudad, pero la verdad es que me ha gustado tanto que me encantaría regresa con mi familia", destacó, al tiempo que mostró un cierto -pero asumido- agobio al repasar su apretada agenda. "Llevo más de mes y medio fuera de casa", matizó el jugador español con un tono algo fatigado.

El cansancio no fue, sin embargo, óbice alguno para que Nadal se hinchara de firmar autógrafos en camisetas, bolas de tenis o en papel. Él mismo se preocupó de pedir un rotulador oscuro para dejar su sello en todo aquello que le pasaban. Su prestancia y cariño sorprendieron a todos aquellos que se desplazaron a este céntrico hotel para despedir al héroe de Los Califas, el "último califa", como más de uno lo apodó situándolo a la altura de los míticos Lagartijo, Guerrita y compañía. "La gente es fenomenal y divertida", abundó el balear en diversas ocasiones.

La mejor prueba de que se encontraba "muy a gusto" en Córdoba es que fue el último de los integrantes de la llamada Armada Española en abandonar el hotel. Antes que él lo hicieron David Ferrer y Fernando Verdasco, en primer lugar, y Feliciano López. El toledano fue más escueto que su compañero pero, aún así, dedicó también unas palabras de cariño a los aficionados cordobeses: "De esta ciudad sólo se pueden decir cosas positivas, hemos estado bastante a gusto estos días".

Nadal salió y en la misma puerta del hotel había más de una decena de seguidores. Trató de fotografiarse con todos, les firmó autógrafos y se despidió con un ligero movimiento de muñeca. Ellos respondieron con un "adiós, Rafa". No hay duda de que el campeón español ha calado hondo en el corazón de los cordobesas, que no olvidarán los días que estuvo en esta ciudad. Ahora sólo queda esperar a que la Federación vuelva a acordarse otra vez de Córdoba para la Davis.

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