Rafael Nadal se despidió ayer en su debut en el torneo de tenis de Doha al caer ante el alemán Michael Berrer, un sorpresivo primer paso en falso en su regreso al tenis. El español, que volvía en la capital de Qatar oficialmente al circuito tras la operación de apéndice a la que se sometió a finales del año pasado, cayó ante el número 127 del ranking mundial por 1-6, 6-3 y 6-4, comenzando con mal pie la temporada.

"He jugado con un poco más de nervios de lo habitual, quería ganar después de tanto tiempo afuera. Los regresos son difíciles para todos y yo no soy una excepción", declaró Nadal. Posiblemente, ni el seguidor más pesimista de Nadal hubiera imaginado una caída tan temprana en el torneo qatarí, al margen de una muestra evidente de falta de ritmo. "Voy a trabajar duro para tratar de hacer este regreso lo menos pesado posible, pero mi motivación y mi hambre para hacer las cosas bien siguen siendo las mismas", prometió.

En el primer parcial su paso fue arrollador, jugando agresivo y dominando con su golpe de derecha. La ecuación era sencilla: a Nadal le bastaba con acelerar la bola y jugar con peso. Poco a poco, ya en la segunda manga, Nadal empezó a jugar más retrasado y el alemán dominaba los puntos encontrando en el revés de su rival un punto débil.

Berrer, a los 34 años, llegaba con un historial contundente: dos victorias y 18 derrotas ante tenistas del Top 10 mundial. Sin embargo, dejó la tensión de lado y notó que era su momento cuando las bolas de Nadal se iban largas o quedaban en la red.

En el set definitivo, Berrer mantuvo una ruptura hasta el final, más allá de algún titubeo con el saque a la hora de cerrar el partido. "Estoy feliz, es un día memorable", comentó el germano.

Entre las últimas cinco derrotas de Nadal, tres de ellas fueron con rivales ubicados fuera del Top 100: el australiano Nick Kyrgios (144), el croata Borna Coric (124) y ahora Berrer (127).

Novak Djokovic, en cambio, no perdió los nervios y dominó a su compatriota Dusan Lajovic por 6-2 y 6-1 en 59 minutos, sin muestras de la gripe que le apartó de la final del torneo de exhibición de Abu Dhabi. Su puesta en escena fue demoledora, sin rastros de dudas, en un contumaz ataque para desmantelar a Lajovic, que sólo opuso resistencia en el arranque.

Cerró la jornada el alicantino David Ferrer, que pasó muchísimos aprietos para eliminar al holandés De Bakker en dos horas y 20 minutos: 6-7 (4), 6-4 y 6-3.