Una de las claves, por no decir la clave con mayúsculas, del San Fernando en la presente temporada ha sido lo rocoso, duro, complicado y difícil que se ha mostrado el cuadro de José Pérez Herrera en el Iberoamericano de Bahía Sur. Los isleños han hecho de su campo un fortín donde fraguar el objetivo de la permanencia y, a la vista de los hechos, lo ha conseguido con creces.

Ha habido momentos en la temporada donde todos los equipos del grupo IV de la Segunda División B veían imposible el poder sacar algo productivo de su paso por La Isla. Y los azulinos se encontraban en casa como pez en el agua, como equipo luchador, combativo y casi sin fisuras que iba sacando adelante sus envites ligueros.

Y eso ya quedó demostrado en el inicio de la temporada donde en el exilio, concretamente en el debut ante sus aficionados contra el Melilla, partido disputado en el Municipal de Chiclana, y en el segundo partido de Liga en casa, jugado en Chapín, ante el Sanluqueño, los de Pérez Herrera solamente pudieron sacar adelante los choques con dos empates, concretamente con un 0-0 el primero de ellos, y con empate a dos goles en el segundo.

Pero llegó la hora de volver a casa, cosa que se esperaba como agua de mayo, y todo cambió radicalmente. En el primer compromiso disputado en el otrora Bahía Sur, los azulinos consiguieron la primera victoria ante el Badajoz, por la mínima, y en el segundo, allá por el mes de octubre, hincó la rodilla el Ibiza por dos goles a cero.

La racha en casa tuvo la continuidad ante el Recreativo de Huelva, al que se le consiguió ganar por un tanto a cero y, posteriormente en la jornada siguiente, cayó el Marbella por dos goles a cero.

Todo iba sobre ruedas hasta la llegada de la Balompédica Linense. El equipo albinegro venía atesorando una gran racha de resultados y juego y, aunque el San Fernando mereció, sin duda alguna, algo más, cayó la primera derrota en casa de la temporada por el resultado de cero a uno. Era el 18 de noviembre del pasado año.

Pero consiguieron reaccionar los de La Isla que, ni cortos ni perezosos, lograron tres victorias consecutivas ante el Don Benito (2-1), UCAM de Murcia (2-0) y Almería B (1-0), para cerrar la primera vuelta de competición y el año 2018.

No hubo fortuna en el inicio del 2019 ya que el Malagueño, en contra de todas las apuestas y cuando era colista del grupo, dio la gran campanada en Bahía Sur al vencer por 1 tanto a 2, aunque más pronto que tarde se volvió a coger el ritmo de la competición consiguiendo cuatro victorias consecutivas ante los aficionados isleños. Fue ante el Sevilla Atlético (3-0), Villanovense (2-0), Murcia (2-1) y El Ejido (2-1). Los isleños parecían imparables en casa.

Pero llegó el Talavera. Fue el último día del mes de marzo y, posiblemente, la derrota ante el equipo toledano por 1 a 2 marcó, mirando ahora a toro pasado, el devenir y las opciones azulinas de meterse en los play-offs de ascenso. El partido fue dominado de principio a fin por los de José Pérez Herrera, pero la fortuna no fue el aliado correcto y perder ese partido rompió con las expectativas, ya que posteriormente el empate a cero goles en casa ante el Recreativo Granada y la derrota ante el Cartagena por 1 a 2 dilapidaron las ilusiones del cuadro de San Fernando de terminar de hacer historia.

Ahora se cierra la temporada ante el Jumilla. Este domingo a las seis de la tarde la afición azulina homenajeará a un equipo que ha marcado historia, que ha realizado una tremenda temporada y que, en caso de conseguir doblegar a los murcianos, prácticamente habrán sentenciado su presencia en la Copa del Rey del próximo año.