El director deportivo del Astana, Johan Bruyneel, dijo ayer que el equipo apoyará en cada carrera al corredor más fuerte, en una aparente alusión a que Lance Armstrong podría trabajar al servicio de Alberto Contador. "Al final, el corredor más fuerte tendrá el apoyo, sin importar su nombre o lo que ha logrado en el pasado", afirmó Bruyneel en un comunicado, en el que señaló que Contador "es actualmente el mejor ciclista profesional del mundo".

Bruyneel intentó restar importancia al hecho de que el regreso del estadounidense Armstrong a la competición la próxima temporada pueda generar conflictos internos. "Esta no es la primera vez que nombres importantes han estado en el mismo equipo. Ha funcionado en el pasado y confío en que pasará lo mismo en 2009", señaló. Además recordó que en la pasada Vuelta a España Levi Leipheimer, también del Astana, podía haber ganado la prueba, pero "resultó claro a los directores del equipo que Alberto era el corredor más fuerte".

Johan Bruyneel también dejó claro que Contador cumplirá su contrato con Astana, que concluye a finales de la temporada 2010. "Hay un contrato y no hay opciones de marcharse", afirmó, por lo que "seguirá con este equipo durante los próximos dos años". "La mayoría de los corredores firman contratos de dos años, pero Alberto insistió en uno de tres años sobre la base del fuerte equipo que habíamos creado para ayudarle a ganar las carreras más importantes", añadió. En este sentido, señaló que las informaciones acerca de que otros equipos estarían interesados contar con Contador se deben a que "quieren crear conflictos" entre él y Armstrong.

Sobre Armstrong, Bruyneel aseguró que no tiene dudas de que el siete veces campeón del Tour será "competitivo", aunque no está seguro de a qué nivel. Esas dudas no se refieren a su edad (37 años), ya que recuerda el ejemplo que el ciclista español Joan Llaneras logró una medalla de oro olímpica en Pekín a los 40 años, sino que Bruyneel reconoce estar "preocupado" por la falta de competición que Armstrong ha tenido en los últimos años.

En otro orden de cosas, el ciclista estadounidense rechazó la propuesta planteada por la Agencia Francesa Antidopaje y no permitirá que se analice de nuevo la orina que le fue congelada en el Tour de 1999, primero de los siete que ganó, para limpiar definitivamente su nombre. Así, el texano decide no embarcarse en el órdago planteado desde las autoridades galas que pretendían examinar a conciencia con las nuevas técnicas y avances sus muestras. Armstrong, que afronta su vuelta a las carreteras la próxima temporada, afirmó que cualquier análisis que se le practique ahora sería "carente de sentido".