Pyeongchang vivió ayer la ceremonia inaugural de los Juegos de Invierno, una cita que, más que nunca, acoge el equilibrio entre el frío invernal y el ardor de la competición: así lo representa la imagen del pebetero en llamas de la derecha. De la tensión a la distensión, el equipo coreano desfiló unido bajo la bandera unificada que representará en varios deportes a los deportistas de dos países en permamente tensión política (arriba). Abajo, el campeón del mundo de snowboard, Lucas Eguibar, portó la enseña española como abanderado.
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