El atletismo español tiene la esperanza de volver a aportar al medallero olímpico en los Juegos de Río. El motivo: cuenta con tres buenas opciones, como son Ruth Beitia, Miguel Ángel López y Orlando Ortega; y confía en la pujanza de jóvenes como Bruno Hortelano o Sergio Fernández.

Ni en Pekín 2008 ni en Londres 2012 hubo éxitos en forma de medalla. Además, hace cuatro años España únicamente tuvo cuatro finalistas de los 45 atletas que acudieron. En la capital china fueron 11.

Así que hay que remontarse a Atenas 2004 para descubrir las últimas preseas españolas: la plata en los 20 kilómetros marcha de Paquillo Fernández y el bronce del saltador de longitud Joan Lino Martínez. Nueve años después se sumó otro bronce, el del lanzador de peso Manuel Martínez, debido al positivo por dopaje del ucraniano Yuri Bilonog, entonces oro.

Una veterana como Ruth Beitia espera culminar por fin su sueño. Ganadora de 13 medallas entre Europeos y Mundiales, a la santanderina, de 36 años, sólo le falta conseguir una olímpica.

Junto a ella aparece la figura de Miguel Ángel López. El actual campeón del mundo y de Europa de los 20 kilómetros marcha probará también en los 50 kilómetros, si bien sus opciones parecen más firmes en la distancia corta, en la que ya fue quinto en su debut olímpico en Londres.

A Beitia y López se une otro serio aspirante como es el vallista Orlando Ortega, cubano de nacimiento pero nacionalizado español en 2013 y que hace cuatro años fue sexto.

Por su parte, el velocista Bruno Hortelano y el vallista Sergio Fernández sueñan con alcanzar una final. El primero, la de los metros 200 y el segundo, la de los 400 vallas.

De veteranía tirará el marchador Jesús Ángel García Bragado, que a sus 46 años competirá en sus séptimos Juegos, todo un récord olímpico.