A poco más de 100 días del debut de Brasil en el Mundial, el técnico de la selección verdeamarela, Carlos Dunga, vive crecientes momentos de tensión debido a las presiones en favor de la inclusión de Ronaldinho en el grupo que buscará el codiciado hexacampeonato.

La campaña por Ronaldinho es muy similar a la que el ex seleccionador de Brasil Luiz Felipe Scolari se enfrentó en 2002 para incluir al artillero Romario en el plantel que llevaría al Mundial de Corea y Japón. Así como Felipao hace cuatro años, Dunga optó hasta ahora por resistir a las presiones.

Lo dejó claro el fin de semana, cuando ignoró una oportunidad de oro para darle cancha al delantero del Milan, abierta por la lesión muscular que excluyó al artillero Luis Fabiano del amistoso de hoy con Irlanda, el último antes del anuncio de la lista de convocados a Suráfrica 2010. Los que esperaban que el regreso de Ronaldinho a la seleçao para reemplazar al sevillista se decepcionaron cuando, el sábado, Dunga llamó a Grafite, del Wolsfburgo. El propio Grafite no lo esperaba. Según confesó después, tenía desconectado su teléfono móvil cuando lo intentó llamar la comisión técnica y recién se enteró del convite por el mensaje enviado por un compañero. Sorpresa aún mayor tuvieron los analistas de la prensa local, que intensificaron el tono de las críticas al entrenador.

"Pese a que no logra alinear a su equipo titular por sucesivos problemas de lesión, Dunga le da la espalda a un Ronaldinho que se encuentra en su fase más resistente desde que llegó a Europa, a inicios de la década", fustigó ayer el diario Folha de Sao Paulo.

Según el rotativo, mientras que las principales estrellas del equipo -Kaká, Robinho y Luis Fabiano- enfrentan múltiples problemas de lesiones, Ronaldinho, a los 29 años, no sólo está en una buena forma técnica sino en excelentes condiciones físicas, y logró participar esta temporada de 31 de los 33 partidos jugados por el Milan.

El lobby pro Ronaldinho incluye además -como protagonistas involuntarios- a los mismos pupilos de Dunga, quienes, desde que llegaron a Londres, deben recurrir a malabarismos para eludir la presión de reporteros para que opinen sobre la ausencia del delantero del Milan de la selección brasileña.

"Ronaldinho es un gran amigo para todos nosotros y conocemos su valor y su técnica. Él tiene un historial en la selección. Es un jugador excepcional. Sabemos que él podría estar acá, pero eso depende del entrenador. Ingresar a la selección es algo que depende de muchos factores", opinó el veterano volante Kleberson.

A su vez, Elano dejó en claro que no desea poner en riesgo su prestigio con el entrenador para defender a un colega: "Ronaldinho es uno de los mejores jugadores del mundo, y eso (su ausencia) será un tema de debate hasta el Mundial. Pero yo trato de hacer mi trabajo. Éste es un problema de Dunga".

Idéntica posición asumió el lateral Daniel Alves: "Yo ya tengo muchos problemas para resolver. Les corresponde a ellos (Dunga y Ronaldinho) alcanzar un acuerdo".

El dueño del problema, sin embargo, no se deja afectar por la polémica, e insiste en que no aceptará debates sobre quienes no forman parte de su equipo.

"Yo no entiendo. ¿Ahora empezamos a debatir jugadores? ¿Por qué voy a cambiar ahora?", indagó el técnico, al aludir a los buenos resultados que obtuvo con su elenco actual, que conquistó la Copa Confederaciones y el primer lugar en las eliminatorias suramericanas hacia el próximo Mundial.

Dunga tiene al menos un aliado, el veterano ex entrenador Mario Lobo Zagallo, quien afirmó que, a su juicio, no hay lugar para Ronaldinho en la selección brasileña.

Según Zagallo, ni siquiera en el mejor momento de su carrera, cuando brillaba en el Barcelona, el jugador logró destacarse con la camiseta amarilla: "Dentro de la selección brasileña nunca tuvo oportunidad de demostrar toda su capacidad. Eso se debe a que, en el Barça, jugaba como delantero, y en la selección actuaba como jugador de medio campo". "No sé si Dunga lo convocará o no, pero creo que es difícil que haya un puesto para Ronaldinho", concluyó el Viejo Lobo.