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De la exclamación a la interrogación

  • El Atlético de Simeone multiplica las dudas tras su irregular inicio liguero

Diego Simeone.

Diego Simeone. / salvador sas / efe

En apenas tres jornadas, el Atlético cambió el signo de exclamación con el que arrancó su proyecto más ambicioso por un enorme interrogante al comprobar su deficiente arranque de campaña.

Cuatro puntos es el pobre bagaje del equipo de Diego Simeone en los albores del torneo para quedar ya a cinco puntos del Real Madrid. Es el peor arranque del Atlético desde que el argentino llegó a su banquillo hace seis años. "Este partido es una buena llamada de atención, primero para mí", reconoció Simeone después de la derrota por 2-0 ante el Celta.

Fue otro partido pésimo del Atlético en una tarde en la que Simeone dejó en el banquillo a los seis fichajes realizados esta temporada, incluyendo al francés Thomas Lemar, por el que realizó la mayor inversión de su historia y de la actual campaña en el fútbol español al pagar 70 millones de euros. Dejó un total de 115 millones de euros en la reserva.

Las contrataciones realizadas y la continuidad de Griezmann permitieron a los hinchas atléticos soñar con todo para la nueva temporada, que tendrá su colofón el 1 de junio con la celebración de la final de la Liga de Campeones en el Wanda Metropolitano. La conquista de la Supercopa de Europa ante el Real Madrid a mediados de agosto no hizo otra cosa que refrendar esas ansias de gloria.

Pero en apenas tres semanas de competición surgieron las primeras dudas. No sólo por los resultados -el arma más contundente desde que Simeone entrena al Atlético-, sino por el juego exhibido.

A un empate inicial ante el Valencia le sucedió una pobre victoria 1-0 ante el Rayo, un recién ascendido que encerró a los rojiblancos en su propio área ante una hinchada perpleja que acabó silbando a su equipo. Es cierto que a Simeone nunca le importó hacer un fútbol estético, pero cada vez son más mayoritarias las voces -traducido en los silbidos del Wanda- que le piden jugar mejor para ganar. Una estadística desnudó completamente la actuación de los suyos ante el Celta: ni un solo disparo entre palos en todo el encuentro.

Es una incógnita ver qué vía elige el argentino para intentar modificar el rumbo de su equipo: ¿Apostará por una corrección del estilo en busca de otra propuesta o redoblará su fervor fanático por el modelo conocido en y que tantos éxitos le dio en el pasado?

Apenas se jugaron tres jornadas, pero lo que también es seguro es que muy pronto, demasiado, el Atlético vio reducido su margen de error en su intento de pelear el título de la Liga, como se exige a un equipo que gastó tanto dinero en refuerzos para conformar el proyecto más ambicioso de toda su historia. Pocas veces estuvo Simeone tan expuesto.

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