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Y encima falla un penalti

  • La albiceleste comienza con mal pie ante un combinado nórdico que pelea cada balón con ahínco

  • Ni Messi pudo salvar a los suyos

El portero Hannes Halldorsson rechaza el lanzamiento de penalti de Leo Messi mediada la segunda mitad.

El portero Hannes Halldorsson rechaza el lanzamiento de penalti de Leo Messi mediada la segunda mitad. / FELIPE TRUEBA / efe

Argentina arrancó con mal pie el Mundial de Rusia 2018 al empatar 1-1 con la novata Islandia en Moscú, donde el equipo de Leo Messi dejó muchas dudas sobre su funcionamiento.

Agüero abrió el marcador a los 19 minutos, en su primer gol en un Mundial, y Finnbogason igualó en el 23 en el estadio Spartak de Moscú. Pero la gran noticia fue que el portero Halldrosson paró un penalti a Messi a los 63 minutos, en lo que pudo haber sido el segundo gol argentino.

Me duele haber errado el penalti, era la ventaja decisiva; en un Mundial nadie regala nada"

La albiceleste dominó claramente el partido, con una posesión de más del 70%, pero padeció uno de sus recurrentes problemas: la falta de eficacia a la hora de convertir en gol las jugadas de ataque.

El partido fue muy trabado y a Argentina, que apostó por una formación conservadora con un doble 5 de contención pese al neto perfil ofensivo del técnico Jorge Sampaoli, le costó crear riesgo y llegar a la portería rival.

Un tiro libre de Messi, a los 8 minutos, que peinó Tagliafico, fue la primera llegada clara. Pero la siguiente jugada de contraataque de Islandia, con remates de Finnbogason y Bjarnason que se fueron apenas desviados de la portería de Willy Caballero, advirtieron de que Islandia estaba decidida a ir por todo.

A los 17 minutos volvió a avisar Messi. Con su genial maestría, la estrella del Barcelona eludió la defensa y remató de zurda. Pero Halldorsson sacó el balón. Dos minutos más tarde llegaría el gol de Agüero, que hasta entonces casi no había podido entrar en juego. De espaldas a la defensa, giró y remató de zurda al ángulo derecho del meta islandés.

La ventaja duró poco. Con desajustes en la defensa albiceleste y Caballero trabado, los argentinos no lograron despejar la jugada y Finnbogason se encontró solo con el balón frente a la portería y empujó la pelota. En el 44', Caballero salvó lo que pudo ser el segundo de Islandia.

En el Spartak, no apelar al VAR generó polémica. Un centro de Salvio pegó en la mano del defensor Sigurdsson y todo el banquillo albiceleste pidió penalti, o al menos revisión por videoarbitraje. Pero el árbitro polaco Marciniak señaló saque de esquina.

El penalti para la albiceleste llegó en el minuto 64, pero el portero vikingo adivinó la intención de Messi y desvió el balón. Fue el cuarto penalti errado de los 21 por el astro que lanzó con la camiseta albiceleste. Y se quedó sin poder celebrar los 12 años de su primer gol en un Mundial.

Dos minutos después, la estrella azulgrana disparó un tiro libre por encima del travesaño. Y el aplauso vikingo comenzó a sonar cada vez con más fuerza pese a que los islandeses eran clara minoría en las tribunas. A los 77 minutos, el árbitro tampoco dio penalti sobre el recién ingresado en el campo Pavón.

A la dupla de Mascherano y Biglia le faltó creatividad y el que más lo sufrió fue Messi, sin socios para elaborar el ataque. Varias veces tuvo incluso que retroceder mucho más de lo deseado para rescatar el balón, al tiempo que se vio obligado a sortear una marca doble o triple de los enormes islandeses para arremeter contra la portería rival. Demasiado trabajo para una estrella que busca concentrar sus esfuerzos en el área contraria.

Además, al conjunto de Sampaoli le costó encontrar espacios con las dos líneas de cuatro islandesas tan cerradas atrás, y padeció su propia defensa cada vez que los rivales intentaron contraatacar.

La diferencia de altura se notó, en particular en las jugadas aéreas y en las disputas uno a uno por el balón. Islandia es el tercer equipo más alto del campeonato, con una estatura media de 1,85 metros. Argentina, el cuarto más bajo, con 1,79. Esto, más la dureza de los vikingos a la hora de cortar o despejar el esférico, interrumpió casi todo intento albiceleste.

Más de 44.000 personas colmaron el Spartak, en su mayoría aficionados argentinos que más de una vez ovacionaron a Diego Maradona, presente en uno de los palcos.

Así las cosas, el empate pone bajo presión al equipo de Sampaoli, que llegó a Rusia golpeado por un difícil proceso clasificatorio, las tres finales consecutivas perdidas en Brasil 2014 y las Copas América 2015 y 2016 y polémicas de todo tipo.

En cambio, Islandia celebró el resultado como un triunfo. La sorpresa de la Eurocopa 2016, en la que llegó a cuartos de final, se había preparado especialmente para este partido, "el más importante de la historia del fútbol islandés", según había anticipado su técnico, Heimir Hallgrimsson.

La selección bicampeona del mundo deberá buscar un triunfo el día 21 ante Croacia si quiere llegar con más aire al cierre frente a Nigeria (el 26), y buscar la clasificación. Mientras, Islandia, jugará el 22 ante Nigeria y el 26 frente a Croacia para buscar su gran objetivo en Rusia: superar la fase de grupo.

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