Atletismo

La delegación española se cuelga una medalla de cada metal en París

  • Manuel Olmedo logra el oro en 1.500, Ruth Beitia una de plata y Kevin López una de bronce. Luis Alberto Marco fue derribado en plena final de 800.

Manuel Olmedo, un ochocentista reconvertido hace dos años al 1.500, conquistó la cima del mediofondo europeo en pista cubierta al coronarse campeón proporcionando a España la cuarta medalla y única de oro en París, en una jornada de plata para Ruth Beitia, de bronce para Kevin López y de amargura para Luis Alberto Marco, derribado en plena final de 800.

Después de una edición con el casillero de oros en blanco, la de Turín 2009, el himno español volvió a sonar en unos campeonatos de Europa, esta vez en honor del sevillano Olmedo, que batió en un furioso esprint al turco Kemal Koyuncu, una liebre durante toda la carrera. España atesora, por tanto, los dos títulos europeos de 1.500. El pasado verano en Barcelona Arturo Casado consiguió el de aire libre.

Diego Ruiz, subcampeón continental en pista cubierta en Turín 2009, no aguantó el ritmo de Koyuncu y quedó descolgado (noveno), mientras que Higuero, que competía con solo cuatro meses de entrenamiento tras operarse de osteopatía de pubis, no tuvo fuerzas en el momento decisivo y sólo pudo ser sexto. Koyuncu partió como una bala y los llevó a todos en fila india. Los tres españoles se afincaron en el centro del grupo y le dejaron hacer. Pasó el mil en 2:28.81, y ahí Diego Ruiz perdió el aire y se descolgó. Olmedo se puso segundo al entrar en la última vuelta y sacó a relucir su punta de velocidad de antiguo ochocentista para obtener la medalla de oro con 3:41.03. El triplete que no descartaba Higuero, recordando el de Birmingham 2007 con él mismo, Sergio Gallardo y Arturo Casado, se quedó en una sola medalla, pero de oro, la séptima de España en esta especialidad a lo largo de las 31 ediciones del torneo.

En altura, Ruth Beitia consiguió su sexta medalla en siete campeonatos internacionales bajo techo. Con su mejor marca del año (1,96), logró el segundo puesto en duelo con la italiana Antonietta di Martino, la única que saltó 1,99 y luego 2,01. La discípula de Ramón Torralbo, que el año pasado fue subcampeona del mundo en Doha, arrastra desde hace meses molestias en la espalda que la obligaron a modificar los entrenamientos, prescindiendo de ejercicios imprescindibles. París era el primer campeonato sorpresa para ella porque no sabía, en tales condiciones físicas, cuál era su sitio actual. Empezó a saltar en 1,82, falló una vez en 1,87 pero después superó a la primera 1,92 y 1,96. Con esa altura se aseguró la medalla, porque sólo ella, la italiana Antonietta di Martino -las dos a la primera- y la sueca Ebba Jungmark -a la tercera- superaron esa marca. Faltaba por adjudicar el orden del podio. Di Martino superó 1,99 y sus dos rivales fallaron.

Media hora antes Kevin López había dado a España la segunda medalla, en orden cronológico: la de bronce en 800. Campeón de Europa júnior, tuvo que esprintar a fondo para subir al podio con una marca de 1:48.35 junto a los polacos Adam Kszczot (1:47.87) y Marcin Lewandowski (1:48.23). La desgracia visitó a su compañero de entrenamientos Luis Alberto Marco, subcampeón hace dos años en Turín, que fue derribado y llegó quinto, muy descolgado del resto. Marco había adoptado la táctica de siempre, consistente en tomar la cabeza desde la salida. Pasó los 400 en 54.55, mientras Kevin López cerraba el grupo. En la penúltima vuelta, un tropezón con el alemán Robin Schembera dejó fuera de la lucha a los dos. "Tanto trabajo y tanto sacrificio para esto", se lamentaba Marco.

Dolores Checa consiguió el quinto puesto en la final de 3.000, año y medio después de hacer un paréntesis en su carrera deportiva para dar a luz a su hija Alba. La rusa Yelena Zadorozhnaya, de 33 años, marcó el ritmo en el primer mil (3:07.51), hasta que la gran favorita, la británica Helen Clitheroe, puso un punto de velocidad. Checa formó frente con ella y pasaron el segundo kilómetro en 6:06.10. Clitheroe apretó a 500 de meta y la valenciana, que había trabajado durante cinco vueltas, no pudo seguir a las cuatro de cabeza. Se impuso la británica con 8:56.66 y Checa cruzó la meta en 9:02.18. La cántabra Paula González se había descolgado en el segundo kilómetro y llegó duodécima y última con 9:20.32.

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