El Real Madrid selló su billete a cuartos de final de la Euroliga tras conseguir una trabajada victoria (69-73) en la cancha del Maccabi en un encuentro que tuvo que pelear hasta el último segundo.

El conjunto madridista aprendió del encuentro de ida, y dominó desde el inicio el rebote. Controlado en defensa y acertado en ataque, pronto empezó a construir cómodas ventajas en el marcador gracias a la inspiración de Louis Bullock y Alex Mumbrú, responsables de 15 puntos en el primer cuarto. El Maccabi amagó la recuperación con la salida de sus jóvenes perlas, Eliyahu y Casspi, pero el Real Madrid controlaba el partido y la contundente respuesta elevó la diferencia hasta los 15 puntos (19-34) tras triple convertido por Pepe Sánchez. Tuvo que ser Arroyo quien metiera a su equipo en el partido.

El base puertorriqueño, que ya sobresalió en el anterior partido, volvió a ser un quebradero de cabeza para los directores de juego blanco, incapaces de frenar sus penetraciones. A su trabajo se sumó la reaparición de D'Or Fischer, que tras anotar los siete primeros puntos de su equipo en el partido, no había vuelto a dar señales. El esfuerzo de los israelíes en defensa apagó el ataque blanco y consiguió dejar la diferencia en sólo tres puntos al comienzo del último periodo (53-56), dando inicio a un nuevo partido en el que el Real Madrid no se supo desenvolver. Sólo la aparición providencial de Raül López evitó una derrota que hubiera sido muy dolorosa.

Con todo a su favor, los de Joan Plaza se olvidaron de atacar y dejaron correr el crono. Lejos de enfriar el partido, sólo acumularon malos ataques que dieron una última oportunidad para la victoria local. Un parcial de 6-0 redujo la ventaja a dos, y de nuevo tuvo que surgir López para, con dos tiros libres, sellar un triunfo agónico.